El fracaso de la reconversión de los Planes: apenas el 5,6% pudo ingresar al mercado laboral

Los planes sociales fueron bienvenidos en la Emergencia, pero como política estatal el objetivo superior es que desde ese primer paso, se pueda progresar luego al ámbito laboral para concluir en un trabajo formal en blanco con los deberes y derechos que eso significa.

Para ello era fundamental la creación de empleo, desafío que ha sido un rotundo fracaso en los últimos años. En nuestro país desde el año 2017 se anotaron 560.000 personas para realizar la transición pero sólo 30.000 consiguieron un puesto debido a los duros efectos de una economía en “recesión”. Al respecto, el dirigente social, Emilio Pérsico, de cara a la declaración de la emergencia alimentaria, confirmaba estos datos.

Hay un déficit en los programas de Inserción Laboral y Empalme, creados a principios de 2017, pues reclutaron en distintos momentos a unos 560.000 aspirantes de entre 18 y 24 años con la esperanza de incorporarlos en empresas privadas. Pero al cabo de dos años y medio, sólo consiguieron trabajar concretamente un 5%.

Desde el Ministerio de Producción responsabilizan en gran parte a las empresas por este flagelo. “Dependemos de que ellas los tomen” dice Fernando Premoli, secretario de Empleo, dependencia de la cartera de Producción y Trabajo que tiene a cargo el plan, que consiste en que el Estado le pague al trabajador parte del salario (entre 3900 y 7300 pesos, según el programa), y las compañías, lo que resta para llegar al salario mínimo vital y móvil, que ascendió a $15.625.

También se estuvo ejecutando el plan Hacemos Futuro, del Ministerio de Desarrollo Social, el cual reclutó en los últimos desde el año 2016 a unos 250.000 beneficiarios a los que se les paga un salario social complementario, alrededor de 8000 pesos. Tampoco funcionó, pues las malas condiciones de empleo, hicieron que el sistema esté eyectando gente y no lo contrario.

Juan Grabois, otro de los dirigentes de la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular, durante la presentación de su libro La irrupción de los movimientos populares: Rerum novarum, prologado por el papa Francisco, defendió el sistema frente a trabajos precarios.

“Dejen de joder con que el problema son los planes: hay 500.000 miserables salarios sociales en la Argentina de muy poca plata. Si el problema de la Argentina es que hay eso, bueno, estamos mirando otra película. No se obsesionen por ver cómo reconvierten esos planes en un trabajo de Uber o de McDonald’s o de Rappi. No es mucho mejor trabajar en McDonald’s que en una casa comunitaria donde se saca a los pibes de la adicción» disparó.

Y coincidió en la “necesidad de crear trabajo genuino”, como fuente de todo ordenador social y familiar. Para ello, coinciden desde todos los polos políticos y también los analistas económicos en que es necesario el “crecimiento”, “expansión de la riqueza” basada en producción y trabajo argentino. El tema es, saber si en un futuro cercano podrá ser viable esta política que hoy se ha convertido sólo en un “deseo”.