El fantasma de la segunda ola tensiona el acuerdo de precios/salarios con empresarios y sindicalistas

El Gobierno Nacional prepara un Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) con nuevas medidas para «desalentar los viajes al exterior», con el propósito de «reducir al máximo» la posibilidad de una temprana segunda ola de coronavirus en la Argentina. Esa podría ser la primera, de otras medidas restrictivas que frenen el impacto directo del Covid19 -en sus distintas variantes- a la salud y la Economía de un país que intenta, entre escombros, «ponerse de pie».

«Todo está en evaluación ante la circulación de nuevas cepas y la escasez de vacunas», resaltaron fuentes de la Casa Rosada, aunque insistieron en que no están pensando en una vuelta al aislamiento. De todos modos, ese “fantasma” sobrevuela toda la actividad manufacturera e industrial, que recién comienza a anotar algunos indicadores positivos luego de un año para el olvido.

Además, los empresarios, frente a este escenario, abren el paraguas y se «plantan» frente a un posible cierre. Reclaman por su parte, los altos costos que significó poner en funcionamiento los protocolos de prevención del Covid19, también mantener en pie el sistema de licencias para trabajadores de riesgo, «bancar» a padres con niños en edad escolar, además de no estar de acuerdo con nueva ley de Teletrabajo, que según las principales cámaras empresarias “desincentiva” la ocupación de nuevos puestos de empleo y eleva los costos laborales. Cuestión que tensa aún más la cuerda, que ya tironean desde hace un año, por la ley de prohibición de los despidos y la doble indemnización.

Un nuevo cierre, “sería el peor escenario para todos, pero no por eso poco probable”, anticiparon fuentes sindicales a Estado de Alerta, quienes justamente atienden “del otro lado del mostrador”, y están justo en semanas «claves» de negociaciones salariales para definir los aumentos del 2021.

De esta manera, el Gobierno surfea entre la urgencia por conseguir vacunas y estabilizar su plan de Gobierno con las elecciones legislativas encima y un ministro de Economía tratando de alcanzar un acuerdo por lo menos “digno” en la renegociación de nuestra deuda externa. Acuerdo que no podrá incluir restricciones extremas, sobre todo en «tiempos de segunda ola», donde la ecuación es directamente proporcional: si vuelve a haber cierres serán necesarios nuevamente «subsidios».

Se estima que las nuevas medidas se den a conocer luego del 9 de abril, fecha hasta la que el Gobierno extendió el Distanciamiento Social Preventivo y Obligatorio (DISPO). Mientras tanto se analiza desde el Ministerio de Salud de la Nación el impacto de los contagios en las escuelas, con la vuelta a la presencialidad, algo que tampoco la sociedad está dispuesta a claudicar fácilmente.

Días atrás, la ministra del área nacional, Carla Vizzotti, reconoció que se está «empezando a ver en todas las jurisdicciones una tendencia al aumento de casos» de Covid-19 y como “paliativo” no descartó diferir la segunda dosis de la vacuna para que una mayor cantidad de personas reciban la primera, pero de todos modos, se está aún muy lejos de acercarse al plan original de inoculación que difundió el Gobierno.

Ante el consenso entre las autoridades sanitarias nacionales y provinciales respecto a que la llegada de la segunda ola de contagios será un hecho, el presidente Fernández ya hizo su propia advertencia en cadena nacional, y con ese mapa, comienzan a jugarse las cartas entre la Administración Nacional, los empresarios y los sindicatos, en medio de las tensiones que implica el cambio de las “condiciones planteadas” y donde ya existen «enconos» previos como el control de la formación de precios, una de las obsesiones del Gobierno que corre de atrás de una inflación que lejos de aminorarse, vuelve a apuntar hacia un 4% para el mes de marzo.