El día después: misión cumplida para la CGT que ahora evalúa el paro

A pesar de la mala jugada del clima, la movilización de la CGT, convocada por los gremios industriales, empezó en plaza Miserere y finalizó en 9 de Julio y Avenida de Mayo, con paso previo por el Congreso de la Nación donde entregaron un proyecto de emergencia alimentaria y de PyMes, como centro del reclamo.

Fue una muestra masiva de descontento contra las políticas económicas del gobierno “que van en contra de la producción y el empleo argentino”En ese contexto los gremios protestaron contra los despidos y la inflación, las tarifas y la pérdida del poder adquisitivo del salario.

Los dos jefes de la central obrera, Héctor Daer y Carlos Acuña, encabezaron la marcha junto a Armando Cavallieri (Comercio), Hugo Benitez(AOT), José Luis Lingeri (Luz y Fuerza) y los principales referentes de los gremios de la CGT, aunque no llegaron hasta la Casa Rosada, cosa que sí hicieron los movimientos sociales y los partidos de izquierda

Las dos CTA y los gremios más combativos agrupados bajo la figura de Pablo Moyano, también participaron de la jornada de protesta, pero marcharon por fuera de la convocatoria de la CGT, a la que presionaron para que fije la fecha de un paro nacional a fin de mes.

En ese sentido, Juan Carlos Schmid, titular de la CATT, señaló que las condiciones para el paro están dadas, pero hay que acordarlo”. En la misma dirección fue Hèctor Daer, titular de la CGT quien expresó: «Cualquier medida a futuro la vamos a plantear en consenso con todos los sectores” pero insistió en que “el principal objetivo es generar una alternativa de gobierno que cambie este modelo económico de decadencia y de exclusión».

Hugo Yasky de la CTA volvió a “plantear la necesidad del paro” y Pablo Moyano no conforme con esto, convocó a un plenario para el 11 de abril «en el que podría sumarse la CGT».

Todos estos diálogos se dieron en persona o a través de declaraciones a los medios, pues no hubo discursos, ni palcos ni atriles que hicieran resaltar las figuras de los líderes sindicales ni recordar aquel 7 de abril que todos quieren olvidar.