El impacto negativo de las medidas económicas del Gobierno de Javier Milei, especialmente el desplome del empleo y la erosión del poder adquisitivo de los salarios, se expresa en numerosas dimensiones de la vida económica nacional, pero tal vez una de las más dramáticas tenga que ver con lo que recoge un reciente informe de la sección argentina del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), que advierte que más de 7 millones de menores en nuestro país viven en la pobreza monetaria y que más de un millón de ellos se van todos los días a dormir sin cenar.
Un estudio realizado por la filial local del organismo de Naciones Unidas sobre hogares con niños, niñas y adolescentes reveló ese dato escalofriante, una cifra que se elevaría hasta un millón y medio si se incorpora a aquellos menores que se saltean alguna de las comidas durante la jornada. La investigación se realizó en el marco de la campaña “El hambre no tiene un final feliz”.
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El estudio también remarca que, como es tradicional, 4,5 millones de adultos de esos hogares en muchas ocasiones priorizan la alimentación de sus hijos, quedándose ellos sin ingerir alimentos en alguna comida. Más en general, cerca de 10 millones de menores comen menos carne y lácteos que en el año previo, dando cuenta del grave impacto de las políticas oficiales, que han dejado a los hogares populares con ingresos mucho más restringidos en su poder adquisitivo.
Las perspectivas socio económicas suman más preocupación en este sentido, especialmente después de que se confirmaran datos como el de que durante los primeros cinco meses del gobierno de Javier Milei se perdieron 115.000 puestos de trabajo registrados (según datos derivados del Sistema Integrado Previsional Argentino). Si bien todos los sectores laborales sufrieron reducciones, el impacto mayor se registró en la Industria manufacturera (-0,4%); comercio, restaurantes y hoteles (-0,4%); transporte, almacenamiento y comunicaciones (-0,3%); suministro de electricidad, gas y agua (-0,3%) y la construcción (0,3%).
Cifras oficiales: Desplomes de más del 30% en la industria manufacturera y la construcción
Estas cifras se multiplican al enfocar los sectores informales, no registrados o de cuentapropistas, donde la destrucción laboral ha sido aún mayor, impactando directamente en la economía de cientos de miles de hogares. La pérdida de poder adquisitivo de los ingresos que hace imposible garantizar las comidas diarias para millones de menores, también se refleja en la superpoblación que confirman los comedores y merenderos de los barrios populares, que ya no dan abasto. Esta es una situación que se agrava en el marco de la decisión oficial del gobierno de profundizar el recorte de fondos para estos sectores y de ni siquiera entregar los alimentos que la cartera de la ministra Sandra Pettovello mantiene guardados en galpones.