Con la llegada de Jair Bolsonaro a la presidencia de Brasil cambiará el mapa político y económico de la región y así lo anticipó en su primer discurso como mandatario, ya que el nuevo presidente electo -de nuestro principal socio estratégico- mostró más cercanía con Donald Trump que con Mauricio Macri en materia económica.
El derechista, que no contó -de parte de Argentina- más que con la presencia del canciller Faurie, desistió de invitar a su asunción al venezolano Nicolás Maduro, al tiempo que se alineó automáticamente con la postura de los Estados Unidos ante la posibilidad del avance sobre Venezuela. Ese posicionamiento podría mostrarlo más proteccionista respecto de Latinoamérica y con más afinidad que la Argentina con el país del norte, sacándole a Macri el lugar de «favorito» del magnate norteamericano para futuros convenios y negocios.
Pero en términos económicos, los analistas marcan una dura interna en su gobierno: el ministro de Economía será Paulo Guedes, un ultra liberal que busca privatizar las empresas públicas y encabezar una apertura económica sin restricciones, con lo cual todo está por verse al tiempo que comience el desarrollo de su gestión.
Ya se había manifestado en contra del rol del Mercosur como ordenador de las relaciones entre países, algo que complicaría seriamente el plan de Macri de avanzar en un tratado de libre comercio con la Unión Europea, pero falta saber Guedes, una de las columnas vertebrales de Bolsonaro (ex capitán del Ejército), donde podrá llegar si intenta convencer a su jefe político de la necesidad de abrir puertas al mundo.
Para Guedes y sus ortodoxos, las privatizaciones son el camino para la llegada de fuertes inversiones externas y para que el Estado se haga con los fondos que le permitan cancelar deuda y reducir su relación con el PBI, cada vez más amenazante. Sin el corazón de la petrolera controlada por el Estado, el plan queda severamente perforado.
En esa puja se dirime el rostro final del bolsonarismo: ¿libre mercado combinado con mano dura o neutralización del liberalismo por el nacionalismo militar? Serán las varas con las que se medirá al llamado “trumpismo tropical”.
Mientras tanto, otro Brasil esperará su momento para emerger: es el que estuvo ausente ayer en el Congreso por la protesta de los legisladores de izquierda, el que espera por la liberación de Luiz Inácio Lula da Silva, el que rechazará la austeridad y el deterioro de los servicios públicos, el que sufrirá la mano dura policial en las favelas en una medida todavía mayor que la conocida y el que, sufrirá las consecuencias del ajuste social que se viene.