Como consecuencia de la disparada del dólar, más el incremento de los combustibles y las tarifas, los precios han sufrido las consecuencias de la devaluación y los aumentos durante el mes de julio han sido de hasta el 7% en el sector de los alimentos y bebidas, en hipermercados, supermercados, y también pequeños mercados y autoservicios.
Este es el traslado de mayorista a minorista que el primero venía absorbiendo desde hace algunos meses y que ahora llegan a góndola. Pero esto no termina acá. Lo que se preveía podía ser a partir de ahora una meseta en los niveles de inflación, serán nuevamente incumplidos a partir del salto que registró el dólar en los últimos días, lo que va a generar nuevos aumentos para los próximos tres meses.
Los productos que más aumentaron: aceites 10,6 %; jugos líquidos, 7,5 %; y pan rallado, con un 7,3 por ciento y harina con el 88%. En tanto, en el período enero-julio de 2018, pastas secas, 42,1 %; insecticidas, 37%; aceite, 36,3 %; y sopas, con el 30,7 por ciento.
De todos modos, las empresas apuestan a ser competitivas y a generar rentabilidad para no desaparecer del mercado a pesar de la caída libre del consumo, con lo cual existen algunas ofertas o productos seleccionados que pueden hacer alguna diferencia en la apretada canasta básica de hoy.