El 80% de los créditos hipotecarios se bajaron por la suba del dólar

Aún con todos los papeles en marcha y muchas operaciones empezadas, debieron cancelarse.¿El motivo? El dólar, que, de repente, pegó un salto inesperado y pareció no tener techo. Pese a la angustia de dejar el sueño de la casa propia a casi el 80% no les quedó más opción que “bajarse”, por el incremento de casi un 40% del valor de la propiedad, además del enorme temor a la actualización de las cuotas del crédito.

Las inmobiliarias son quienes dan cuenta del desenlace más común para miles de familias que habían pedido préstamos hipotecarios UVA durante el primer cuatrimestre, con el dólar aún en torno a $ 20, pero no lograron escriturar antes de que la cotización superara los $28 al mes siguiente.

¿Qué pasó? Como el préstamo se da pesos, pero la propiedad se compra en dólares, esa suba de un 37% en sólo dos meses implicó para quien aspiraba a un 2 ambientes promedio en Capital el incremento rondara los $ 700 mil pesos extras, haciendo imposible seguir adelante con la compra.

“De los que iniciaron con el dólar a $ 20 y llegaron a escriturar a $ 23 o $ 24, un 80% se concretó. El desfasaje se pudo manejar. Pero, entre los que demoraron más, una vez que el dólar pasó los 25, más del 80% de las operaciones en curso se cayeron o quedaron suspendidas. Quedó todo parado hasta ver en cuánto se estabiliza el dólar”, aseguró a Clarín Alejandro Juan Bennazar, presidente de la Cámara Inmobiliaria Argentina.

El efecto se sintió incluso en barrios acomodados como Palermo, Belgrano, Recoleta y Barrio Norte. “Sólo en un 20% de los casos la gente consiguió la plata y se pudo seguir como si nada. Otro 30% se pudo cerrar, pero porque el dueño accedió a rebajar hasta 5% el precio en dólares. Y un 50% se cayó”, distinguió Tomás Seeber, director de RG Montes, inmobiliaria que opera en esa zona.

Muchos compradores perdieron reservas que habían entregado por montos que promedian los US$ 5.000, otros perdieron los gastos de escritura y muchos otros todavía están discutiendo sobre cómo repartir las pérdidas.

Otro problema es que las consultas por nuevas compras con préstamo, en los últimos días, casi desaparecieron, no sólo por el encarecimiento del precio, sino por la incertidumbre reinante sobre lo que pasará con nuestra economía.