Según la más reciente encuesta del Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina (UCA), durante el año 2018 la mitad de la población activa se encontraba en el sector informal de la economía. El dato se suma al aumento del desempleo, que volvió a las dos cifras, confirmado hace una semana por el Indec.
Entre los trabajadores en el sector informal, un 81,7% tiene un empleo de baja calidad, un 75,9% afirmó no tener aportes en el sistema de seguridad social y el 51,3% no posee cobertura de salud. El informe de la UCA señala que “desde 2016 las medidas de ajuste macroeconómico, el contexto internacional adverso, la política anti-inflacionaria, la insuficiente inversión privada y la limitada inversión pública generaron un escenario todavía más recesivo y adverso en materia de empleo”.
Las trabajadoras en el sector micro-informal son proporcionalmente más que el sector privado formal, y en el sector también existe una mayor proporción de trabajadores sin secundario completo y un mayor porcentaje de residentes en hogares con un nivel socioeconómico muy bajo. El 30% de estos trabajadores informales estuvo desempleado por lo menos una vez en el último año, un 13,2% declararon una antigüedad menor a un año y un 45,1% demanda más horas de trabajo.
Desglosando por sectores de residencia queda claro también que los trabajadores del Conurbano Bonaerense tienen 1,8 más probabilidades de encontrarse ocupados en unidades productivas del sector micro-informal que los de la Ciudad de Buenos Aires