El 26,4% de derrumbe de la actividad económica que informó el INDEC para abril -el más alto en la historia del país en una foto de le película que viene: con miles de cierres de empresas y una ola de despidos, tema central de preocupación que ocupó el primer lugar en la agenda de la central obrera en la reunión del lunes.
A la hora de pensar soluciones o herramientas que puedan paliar la situación, es bueno conocer los números de la Fundación Observatorio Pyme, para conocer la magnitud de esa crisis que atraviesan las industrias, fábricas y empresas de todos los rubros y de distintas regiones del país, fundamentalmente del AMBA, sitiada por el virus, con una curva rápidamente ascendente.
De acuerdo a los datos del organismo son 61 mil las empresas que están en puertas de un cierre definitivo y eso significa el riesgo de 260 mil trabajadores que corren riesgo de ser despedidos. El segmento más amenazado es de las microempresas, unas 7300 empresas-que tienen hasta 10 o 12 empleados”, que están a punto de bajar las persianas.
En las empresas medianas, la situación es diferente y hay algo más de respaldo para poder funcionar, pero de todos modos ese porcentaje se mantiene en un 3%. “En el tejido empresarial del país, las empresas de menor dimensión (hasta 50 ocupados) están claramente expuestas a un gran riesgo de insostenibilidad futura y cierre”, sostiene el informe de la Fundación Pyme.
Según la CAME sólo en la Ciudad de Buenos Aires casi 24 mil comercios ya salieron del mercado y no tienen ninguna expectativa de volver a abrir. En cuanto al resto del país otros 16 mil locales sufrieron la misma situación y miles de trabajadores ya perdieron su empleo en medio de la pandemia.
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Medido por sectores, las empresas vinculadas al comercio son las más afectadas con un 10% de probabilidades de cierre, seguidas por las de servicio (9%), industria manufacturera (7%), construcción (7%) y las relativas al campo y la minería (4%), de acuerdo al trabajo del Observatorio Pyme.
La crisis, se prevé como una de las peores de la historia, muy superior aún a la del 2001, y con pocas probabilidades de rápida recuperación, producto de una economía que sufría ya un fuerte retraso ya desde los últimos años, sumada a una costosa deuda externa, que en en este momento se encuentra en plena negociación.
