Un reciente estudio realizado por el analista Erik Brynjolfsson, experto en la interrelación de tecnología y economía, anticipa que la epidemia de coronavirus reforzará algunas tendencias a la transformación del mercado laboral en ese país, sobre todo en lo que hace al teletrabajo. Según el estudio, hoy algo más de la mitad de la fuerza laboral estadounidense trabaja a distancia, tendencia que se consolidará con el fin de la pandemia.
Según el estudio, entre febrero y mayo de este año la desigual cuarentena impuesta en los distintos estados del país logró que “más de la tercera parte de la fuerza laboral” pase al trabajo remoto, lo que sumado al sector que ya venía trabajando en esa modalidad desde antes conformó un nuevo escenario en el que “aproximadamente la mitad de los trabajadores estadounidenses hoy trabaja desde sus casas”. Por el coronavirus pasó al teletrabajo un 35,2% de los estadounidenses hoy empleados, lo que se sumó a un 15% que ya venía realizando ese tipo de labores desde antes.
Según el análisis del integrante de la Escuela Sloan de Administración del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT), junto con un equipo de economistas, los sectores que sufrieron menos despidos y suspensiones en esta coyuntura de crisis sanitaria por haber sido adaptados masivamente al trabajo de oficina en sus hogares fueron los jóvenes y los responsables de las áreas relacionadas con “la información, incluidas las ocupaciones de gerencia, profesionales y afines”. El análisis se realizó sobre una muestra de más de 50 mil casos.
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Pero la tendencia al teletrabajo se mantendría después de que pase el impacto de la epidemia. El informe explica que “una vez que las empresas y los individuos invierten en los costos fijos del trabajo remoto, incluida la tecnología pero quizá sobre todo el capital humano y los procesos organizativos necesarios, podrían decidir que continuarán con los nuevos métodos”. Y añade: “Además, la crisis ha obligado a que la gente probara nuevos enfoques, algunos de los cuales pueden ser inesperadamente eficientes o efectivos. En cualquier caso, habría que esperar cambios duraderos de la crisis”.
Brynjolfsson remarcó también que en la nueva modalidad, “los trabajadores no tienen que desperdiciar tiempo o recursos en los viajes. Y pueden vivir donde quieran. Las empresas pueden ahorrar dinero en inmuebles comerciales”. Para las empresas esto implica además una mejoría en cuanto a su acceso a recursos humanos más calificados, independientemente de su lugar de vivienda: “Se logra acceder a las mejores personas, estén donde estén. Por otra parte, este cambio lleva a que las empresas se fijen más en el desempeño y la producción en lugar de en el cumplimiento de horarios”.
“Este gran experimento del home office está obligando a las empresas a reconsiderar sus operaciones, abandonar una perspectiva anticuada y descubrir formas más eficientes de trabajar”, concluyó el especialista del MIT.