Más de 60 mil trabajadores ferroviarios podrían llevar adelante la mayor huelga nacional de los Estados Unidos en los últimos 30 años. Integrantes de los distintos gremios del sector reclaman recomposición salarial y mejoras en las condiciones de trabajo. El propio presidente Joe Biden se encuentra mediando para tratar de que la medida de fuerza no se lleve a cabo. También el sector salud lanzó un paro de tres días en dos estados, con un fuerte protagonismo de unas 15 mil enfermeras.
Los gremios de ingenieros y maquinistas ferroviarios (Sheet Metal, Air, Rail and Transportation Workers y Brotherhood of Locomotive Engineers and Trainmen) anticiparon una medida de fuerza coordinada a nivel nacional que se llevaría adelante este viernes, afectando a un tercio del transporte de mercancías del país, con un impacto de 2 mil millones de dólares y fuertes presiones inflacionarias sobre una economía estadounidense aún en fase de recuperación postpandémica.
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Hace dos meses el presidente Biden logró evitar la huelga ferroviaria al imponer un período de “gracia” para negociar acuerdos (una especie de conciliación obligatoria), durante el cual el organismo llamado Junta Presidencial de Emergencia (PEB, por sus siglas en inglés) analizó los temas en disputa y emitió recomendaciones, proponiendo acciones que superaban lo ofrecido por las empresas pero que todavía se ubicaban lejos de los reclamos gremiales. En este punto, sólo podría extenderse el período “de gracia” con una intervención del Congreso.
Además del reclamo salarial motivado sobre todo por la disparada inflacionaria de los últimos meses, los sindicatos están luchando contra unas normas laborales que obligan a maquinistas y conductores a estar “de guardia” los siete días de la semana, ante lo que reclaman una mejor calidad de vida. También exigen revisar una política empresarial de despidos ante ausencias con justificación médica y plantean mejoras globales en las condiciones de trabajo. En ese contexto, sólo 5 de los 12 gremios del sector ferroviario (que representan a 115 mil trabajadores) aceptaron la propuesta empresarial de un aumento del 24% en los próximos cinco años, con algunas bonificaciones en efectivo.
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En cuanto al conflicto en el sector salud, unas 15.000 enfermeras de 16 hospitales de Minnesota y Wisconsin iniciaron este lunes 12 de septiembre una huelga de tres días por mejores condiciones laborales y salarios más altos, en lo que constituye la medida más grande de enfermeras del sector privado en el país, según la Asociación de Enfermeras de Minnesota (MNA) que impulsa la movilización. La negociación ya lleva cinco meses, sin resultados.
“En este momento, en Minnesota, las enfermeras están sobrecargadas de trabajo, los hospitales no tienen suficiente personal y a los pacientes se les cobra de más”, afirmaron desde la MNA. El gremio denuncia que los hospitales sólo están dispuestos a discutir el problema salarial, sin hacerse cargo de los numerosos reclamos por la grave falta de personal aunque aún el términos de salario las ofertas de recomposición de entre 10% al 12% en tres años están muy lejos de los reclamos de las enfermeras, que piden del 27% al 30%.