Después de que la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner hiciera público un documento crítico de la política económica del actual gobierno de Javier Milei, en el que también incluía duras controversias con el peronismo y con las organizaciones sindicales, se plantearon respuestas desde distintos sectores gremiales, incluyendo a la Confederación General del Trabajo (CGT), uno de cuyos titulares afirmó que sus cartas “no suman para nada”.
Más allá de las críticas económicas a la administración Milei, bajo el subtítulo “El peronismo se desordenó”, el documento de Cristina considera que “el peronismo se desordenó cuando no advirtió la modificación de las relaciones laborales”, respecto de lo que señaló que “sólo el 40% de los trabajadores registrados en la actividad privada está sindicalizado”, un fenómeno cuya “consecuencia objetiva es que las representaciones sindicales características del siglo XX y fundantes del peronismo, ya no son la expresión mayoritaria de los trabajadores”.
La ex presidenta también cuestionó el “viejo modelo del Estado omnipresente”, enfatizando que “la ineficiencia e ineficacia que deriva en burocracia, y que es observada por el resto de la sociedad, no sólo con mirada crítica por la falta de resultados o de calidad de los servicios en la vida cotidiana, si no porque se termina viendo el empleo estatal como un privilegio frente al resto y, por lo tanto, un ‘gasto innecesario’ que debe ser suprimido”.
Luego de estos inesperados planteos, el cotitular cegetista y Adjunto de Camioneros Pablo Moyano consideró: “Las cartas de la expresidenta no suman para nada, no suman. Llamen a una reunión del PJ y matémonos ahí adentro, no públicamente. La crítica a la CGT no la entiendo, que se hagan cargo ellos, que pusieron por dedo a los diputados y diputadas en las provincias y después nos terminaron traicionando”. Y agregó: “Volvemos a las peleas anteriores, lo que llevó a este cachivache de presidente. Cuando habla de la CGT, o que dé nombre o yo no me voy a hacer cargo, nosotros fuimos a Tribunales, se judicializó la reforma laboral, las marchas, los paros. Viejo, que cada cual se haga cargo, los que traicionaron y salió la Ley Bases fueron los diputados y diputadas del peronismo, de Tucumán, de Catamarca, de Salta. Esa crítica a la CGT no la entiendo”.
Andrés Rodríguez, titular de la Unión del Personal Civil de la Nación (UPCN), por su parte, señaló: “Creo que tiene que revisar mejor los números. En la población económicamente activa, que podemos catalogarla aproximadamente en unos 18 millones de ciudadanos, el trabajo formalizado está reducido a la mitad. Esto no es producto del movimiento obrero que haya querido que haya informalidad, es producto de la falta de políticas del Gobierno desde hace mucho tiempo”. En este sentido, también criticó las políticas durante los gobiernos kirchneristas: “Durante los gobiernos que presidió la señora Cristina Fernández de Kirchner tampoco se hizo una política de empleo formal firme porque siguió existiendo subsidio a la gente que estaba en la informalidad, agravado en el Gobierno de Macri y mucho más en el de Alberto Fernández. Hay un 45% de informalidad que se viene arrastrando y que se va incrementando. Nosotros siempre hemos mantenido el criterio de que la gente tiene el derecho al trabajo, pero al trabajo digno y formal”.
Roberto Baradel, secretario General del Sindicato Unificado de Trabajadores de la Educación de Buenos Aires (SUTEBA), consideró positivo el aporte de Cristina y planteó la necesidad de realizar una autocrítica: “Estuvimos 16 años de gobierno nuestro, tenemos que hacer una autocrítica todos. Hay cosas que se modificaron y otras no se hicieron, tiene que ver con ese debate. Estar al frente del Estado es muy importante para llevar adelante las transformaciones, tiene que haber un debate y hay que hacer una autocrítica porque hay cosas que se hicieron bien y muchas otras que faltan”.