De acuerdo con el más reciente informe del Frente Productivo Nacional, en lo que va del año 2024 ya cerraron más de 16.500 pymes, dando cuenta de la profundidad de la recesión que generó el plan económico implementado por el gobierno de Javier Milei, que generó brutales aumentos de costos para las empresas e impulsó un desplome del consumo, especialmente en lo que hace al mercado interno, devastado por la pérdida de poder adquisitivo de los salarios.
Durante el primer semestre del año cerraron 10 mil PyMEs, según datos de la Asociación de Empresarios y Empresarias Nacionales para el Desarrollo Argentino (ENAC), a lo que se sumaron otras 6500 entre julio y octubre. Además, bajaron sus persianas por lo menos 10 mil kioscos y almacenes (generando una pérdida de por lo menos 160 mil puestos de trabajo en el sector comercio).
Desde la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) constataron una caída de 13,2% en las ventas de empresas PyMEs y la Cámara de la Industria y el Comercio de Carnes y Derivados de la República Argentina (Ciccra) confirmó un desplome de 12,3% en sus ventas en los primeros nueve meses del año, el nivel más bajo en 26 años. La construcción, uno de los históricos motores de la economía, también muestra cifras preocupantes: la Asociación de Fabricación de Cemento Portland (AFCP) informó que la demanda de cemento en octubre cayó un 19,9% en términos interanuales (con un acumulado en el año de -26,3%).
Más allá de las afirmaciones de Milei de que “la recesión ha terminado y el país ha comenzado a crecer” (como planteó en estos días en su discurso ante la Cámara Argentina de Comercio y Servicios), los datos marcan que la economía nacional sigue en recesión, registrándose en agosto se registró una caída interanual del 3,8% y un retroceso acumulado anual de 3,1%.