Los dos secretarios generales que comparten la conducción de la CGT profundizaron su distanciamiento en la política sindical que lleva adelante la central, luego del acto por la conmemoración del Día de la Independencia que encabezó Alberto Fernández desde la quinta presidencial de Olivos.
Esta vez el detonante no fue un reclamo interno por algún acuerdo firmado con redacción previamente cerrada y presencia parcial del actual Consejo Directivo, sino que lo determinó la exclusiva representación de la sede de la calle Azopardo que ejerció Héctor Daer, titular del sindicato de la Sanidad, ante lo cual el co-secretario Carlos Acuña del gremio de estacioneros hizo saber sus molestias internas, dejando entrever incluso una supuesta intencionalidad en el hecho de determinar desde el gobierno nacional quien tiene más o menos representatividad de la histórica central madre.
El hecho que este nuevo aniversario de la gesta patriótica, contara también con la participación de Hugo Yasky, como titular de la CTA, fue tal vez el detonante en el reclamo de Acuña.
Daer por su parte aclaró a sus pares que se había tratado de un encuentro protocolar y que en verdad había tenido la intención de comunicarse con el dirigente referente del sector que lidera Luis Barrionuevo, atribuyendo el desencuentro a un problema de comunicación.
Lo destacado más allá de estas distintas interpretaciones del hecho, radicaría en una desconfianza mutua que estaría creciendo y que incluso podría basarse en posturas gremiales diferentes frente a algunas de las medidas que viene tomando el gobierno nacional, buscando incluso consenso con gran parte del arco empresarial.
De hecho, en varias oportunidades el propio Daer, sintió la necesidad de hacer explícito su apoyo a la actual gestión presidencial, aunque siempre aclarando que la prioridad está marcada por la representación de los derechos de los trabajadores.
A partir de aquí se abre el interrogante de saber si estas diferencias pueden acrecentarse o si se alcanzarán acuerdos coyunturales teniendo en cuenta la grave situación general que atraviesa el país y que incluso, producto de la actual pandemia, postergó la renovación de autoridades de la Confederación General del Trabajo hasta el próximo año.
