La multinacional Kimberly-Clark cerró sin previo aviso alguno su planta del Parque Industrial de Pilar, confirmando que trasladará toda su actividad operativa al establecimiento de la provincia de San Luis, despidiendo a 220 trabajadores. Desde el sindicato de Papeleros denunciaron que se trata de “una decisión arbitraria” de la empresa y pusieron en marcha un plan de lucha para intentar revertirla.
La planta de Pilar fabricaba toallitas húmedas y protectores diarios para marcas como Huggies, Kleenex, Scott y Plenitud. El viernes pasado la empresa había suspendido la producción argumentando la necesidad de tareas de mantenimiento en una subestación eléctrica, para confirmar el cierre definitivo durante el fin de semana.
Diego Lijo, trabajador de la empresa y secretario adjunto del Sindicato de Papeleros de la regional Beccar (que incluye a Pilar), denunció que la decisión “fue completamente sorpresiva, hasta de mala fe”. Y detalló: “Dijeron que cerraban por mantenimiento, pero ya estaban cesanteando gente. Ese mismo sábado anunciaron el cierre total y nosotros activamos acciones administrativas para pedir una audiencia urgente. Vamos a exigir la reapertura y la reincorporación de los 220 despedidos. Si eso no se logra, pelearemos por mejorar las condiciones de la liquidación”.
Este lunes los cesanteados llevaron adelante una protesta en la puerta de la planta. De los 220 trabajadores despedidos, el 75% tenía más de 10 años de antigüedad en la empresa. El gremio ya realizó una presentación ante la Delegación de Pilar del Ministerio de Trabajo bonaerense “solicitando fecha de audiencia de manera urgente para tratar el tema este y reapertura inmediata del establecimiento”.
Desde la empresa se justificó la decisión argumentando un plan de “optimización y crecimiento sostenible” para concentrar sus operaciones en San Luis, previendo el traslado de maquinarias pero sin ninguna oferta de reubicación a los trabajadores despedidos.