Crisis energética: Multinacionales petroleras se van del país por el cepo y los altos costos de producción

Más allá del discurso oficial sobre la recuperación económica, lo cierto es que no sólo no se concretan nuevas inversiones extranjeras en nuestro territorio sino que incluso grandes empresas multinacionales siguen abandonando el país. En las últimas horas se confirmó la salida de la petrolera Raizen, que se desprende de la refinería ubicada en Dock Sud y toda su red de más de 700 estaciones de servicios.

La red de estaciones de Raizen, que operan bajo la bandera de Shell, hoy tiene una cuota de mercado en cuanto a venta de combustibles que alcanza al 18%. Su refinería de Dock Sud, además, es la más antigua del país, con capacidad de producir más de 100 mil barriles diarios, por lo que está claro que se trata de una desinversión significativa de la multinacional. Según trascendió, J.P Morgan ya habría comenzado con la tasación y liquidación de estos activos.

Aunque la empresa no explicitó los motivos para irse de Argentina, los trascendidos marcan que esto tendría que ver tanto con la permanencia del “cepo” que le impide girar sus ganancias a la casa matriz como con los altos costos en dólares que tiene la producción en nuestro país.

En este sentido, en una reciente conferencia en la CERAWeek 2025 (una de las mayores conferencias de energía del mundo, que se está desarrollando en la ciudad estadounidense de Houston), el secretario coordinador de Energía y Minería Daniel González reconoció que la producción hidrocarburífera en el megayacimiento de Vaca Muerta es cara medida en dólares. “El principal problema que tenemos es el costo de los servicios», reconoció. Y añadió: “Un productor independiente de Estados Unidos que visitó Argentina comentó que los costos de perforación son el doble que los de su país».

El funcionario reconoció que estos elevados costos se deben “en parte a las restricciones cambiarias y en parte a la falta de competencia en el sector de servicios”. Está claro que la política cambiaria y tarifaria del Gobierno de Javier Milei, no sólo afecta duramente al ciudadano particular (cuyo porcentaje salarial para cubrir los servicios básicos se disparó desde la llegada del nuevo Gobierno) sino que también generó un año completo de recesión para la producción y el comercio, con pérdida de cientos de miles de empleos, masivos cierres de empresas e importantes desinversiones extranjeras.