Crisis en el personal doméstico: sólo el 18% trabaja en las condiciones pre pandemia y crece la informalidad

La paralización de la actividad del personal doméstico que estuvo atado al decreto de aislamiento social, no terminó con el levantamiento de la norma. Habilitado el regreso a la actividad económica no hubo una vuelta gradual del personal de casas de familia y nunca pudo restituirse en las mismas condiciones en las que se hallaba previamente a la pandemia.

Ya son conocidos los efectos del Covid19  sobre los segmentos de trabajadores del sector informal, los más vulnerables de los cuales en el país se acercan al 40% promedio. Las estadísticas del trabajo en el servicio doméstico son una muestra contundente de esos efectos.

Los datos actuales muestran que habría un incremento de las relaciones laborales no registradas, además de una reducción de las horas promedio trabajadas. Pero el problema no termina ahí. A la crisis económica y los temores propios del contagio, sobre todo en franjas etarias mayores que decidieron prescindir del servicio por seguridad, se suman los cambios laborales de la vida familiar y el teletrabajo, cuestiones que influyen directamente en lo “prescindible” de personal doméstico pues todos los integrantes de la casa están –gran parte o todo el día- en el hogar.

Datos relevados entre julio y octubre por el Observatorio de la Deuda Social de la UCA en grandes centros urbanos indican que, de las personas ocupadas en el servicio doméstico solo el 18,8% estaba trabajando como lo hacía antes o incluso más horas; 22,8% hacía tareas pero durante menos tiempo; 37,5% estaba con suspensión o había dejado de trabajar, y algo más de 20% había perdido directamente el empleo.

Según la Encuesta Permanente de Hogares (EPH)del Indec, si se comparan las cantidades de personas que dijeron tener trabajo en esta actividad en los segundos trimestres de 2019 y de 2020, la caída fue superior al 38%, mientras que el número de ocupados en general cayó en ese lapso un 21%. En el caso del servicio doméstico, la diferencia negativa fue de 359.400 puestos, solo si se considera a los 31 principales centros urbanos del país, que es donde se hace el relevamiento.

En el tercer trimestre, el nivel de la caída con respecto al empleo de ese período de 2019 se recortó al 24%, con 211.700 personas ocupadas menos (en este caso, la caída en el universo total de ocupaciones fue de 10,7%). De julio a septiembre de 2020, el relevamiento indica que la participación de este sector en la población total de ocupados bajó de 7,4% a 6,3% de un año a otro, a la vez que, en el total de desocupados, las personas que tuvieron como última tarea el servicio doméstico, pasaron de ser el 11,4% al 15,2%.

Según el Indec, la cantidad de empleos de servicio doméstico en todo el país fue de 1.349.000 en el tercer trimestre de 2020, con una recuperación de 244.000 puestos respecto del segundo trimestre y con una caída de 381.000 en relación con el período de julio a septiembre de 2019. En esta estimación, la pérdida entre los segundos trimestres fue de 619.000 ocupaciones.

Desde fines de marzo de 2020 rige la prohibición, para los empleadores, de despedir personal pero por la elevada informalidad, la realidad parece haberse mantenido en muchos casos al margen de lo dispuesto por el Poder Ejecutivo. También debían mantener  una suspensión del trabajo con un salario del 75% pero en un gran porcentaje no le mantuvieron el pago después de cierto tiempo, por lo que se los consideró como quien perdió el vínculo laboral.

De acuerdo con estimaciones del instituto de estadística, en el tercer trimestre de 2020 la informalidad en el sector de servicio doméstico fue de 62,3% y el IFE (Ingreso Familiar de Emergencia) fue su único sustento.

«La situación de pendiente hacia abajo se frenó con la apertura de las actividades y la posibilidad de volver a trabajar; hubo primero un amesetamiento y después alguna mejora, que se reflejó según nuestros datos a partir de noviembre», dice Carlos Brassesco, abogado asesor de la Unión de Personal Auxiliar de Casas particulares, la entidad sindical del sector. Los datos de marzo permitirán conocer mejor cómo se dará finalmente la recuperación del empleo. La situación tiende a estabilizarse siempre en ese mes, después de la temporada de verano.

Otra preocupación actual según Brassesco es que «hay personas que estaban en blanco y cuando vuelven, vuelven en negro, hay quienes estaban con jornada completa y pasan a trabajar por horas, y hay casos en los que se dejó de aportar y hay que mediar para evitar conflictos», explica el abogado.

Según la información con la que cuenta el sindicato, otra práctica que hubo en 2020 fue el cambio, en el caso de las relaciones registradas, de la categoría de tareas generales a la de quienes trabajan cuidando a otras personas. Solo quienes estaban en este último grupo tuvieron autorización para trabajar durante toda la cuarentena. Más allá de eso, se trata del segmento de este universo de ocupaciones laborales que abrirá más oportunidades a futuro, según informes de centros de estudios y de organismos como la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

La tendencia al teletrabajo, en forma parcial o total, se va a profundizar. Eso podría sugerir que la demanda de servicio doméstico para tareas generales tendría una disminución y derivaría en un aumento del mismo personal hacia tareas de cuidado.