La crisis en los edificios se siente: con la inflación, y la caída del poder adquisitivo más unas paritarias a la baja, creció el nivel de inquilinos que no pueden hacer frente a las expensas. De acuerdo a distintos especialistas, hoy 4 de cada 10 inquilinos son deudores del mencionado abono. Un nivel de morosidad cercano al del 2001 – 2002 que además va en aumento.
Samuel Knopoff, titular de la Federación de Asociaciones de Consorcios (FEDECO), admite la realidad: «Actualmente, estamos en un nivel del 40% y subiendo. El escenario se ha vuelto insostenible y ningún gobierno, sea nacional o de la Ciudad, repara en este problema. Las expensas han subido hasta volverse impagables para algunos inquilinos. Y esto tiene que ver no tanto con los aumentos de los servicios como sí con el peso de los encargados».
En ese sentido, indicó que «Los encargados vienen recibiendo subas largamente por encima de la inflación, y a eso también hay que agregarles los bonos establecidos para cada fin de año. Por otro lado, los administradores no cuidan el bolsillo de los propietarios e inquilinos. Y rara vez pautan arreglos o mejoras a precios convenientes para los habitantes de las viviendas».
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Y también se observa que los inquilinos prefieren dejar de pagar las expensas antes que cortar otros servicios de los considerados básicos. La Asociación Civil de Administradores de Consorcios de Propiedad Horizontal (AIPH) también es consciente de este inconveniente: «Todas las administraciones deben recargar a los que pagan para poder cumplir en tiempo y forma las obligaciones. La luz hay que pagarla completa independientemente de si hay deudores o no. Lo mismo pasa para liquidar AySA por consorcio, que es un gasto particular que los consorcios abonan completo, pagando por los deudores”.
¿Una posible solución a este conflicto? Para Gervasio Muñoz, referente de la agrupación Inquilinos Agrupados, “tendría que haber un acuerdo entre el consorcio y la administración, para facilitarle el pago a quien debe y no hacérselo más difícil a quien paga”. También señala responsabilidad en el Estado, que “debería tener algún tipo de plan, y además controlar que se divida entre ordinarias, extraordinarias y extras”.
En tanto, la Unión de Consorcistas de la República Argentina (UCRA) confiesa que los vecinos reclaman que se despida al porteo para ajustar gastos: “Una de las cosas que más nos preguntan es si se puede despedir al encargado, pagarle por horas o contratar una empresa de limpieza en su lugar”, reconoce Giménez, referente de la entidad.
Vale destacar que las expensas se incrementaron al ritmo de la inflación: en 2019 aumentaron 50% y se espera que en los primeros meses del año tengan una suba del 15% aproximadamente, sin contar las «famosas» expensas extraordinarias que se cobran aparte para solventar gastos de carácter urgentes. Cifras que serán muy elevadas para alicaídos bolsillos de los porteños.
