Cordero, Fúnes de Rioja y Martínez debatieron sobre la informalidad laboral en un seminario de la OIT

La Organización Internacional del Trabajo (OIT) está organizando en nuestro país su VIII Seminario sobre Economía Informal, que comenzó este miércoles, bajo el título de “Formalicemos: desafíos del trabajo decente para jóvenes y sectores clave en Argentina”. Uno de los ejes del encuentro fue el de la informalidad laboral, fenómeno que, según datos oficiales, supera el 40% en nuestro país.

La mesa de apertura del evento, que comenzó este miércoles en la Biblioteca Nacional Mariano Moreno, reuniendo a más de 200 participantes del ámbito público, sindical, empresarial, académico y de distintos organismos internacionales, contó con la participación de la directora de la sección argentina de la OIT Sara Luna Camacho, del titular de la Secretaría de Trabajo Julio Cordero, del presidente de la Unión Industrial Argentina (UIA) Daniel Funes de Rioja y del secretario General de la Unión Obrera de la Construcción (Uocra) y secretario de Relaciones Internacionales de la Confederación General del Trabajo (CGT) Gerardo Martínez.

Más del 40% de los trabajadores del país se desempeñan en condiciones de informalidad laboral

Según un reciente informe del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec), en nuestro país el nivel de informalidad alcanza al 42% del total de la fuerza labora, una marca histórica, lo que muestra la importancia de afrontar esta problemática, que no ha cesado de profundizarse durante la gestión nacional de Javier Milei.

La titular de la sección argentina de la OIT llamó a seguir apuntando a la generación de “trabajo decente:”Junto a las normas internacionales del trabajo, el diálogo social tripartito es la principal herramienta para abordar los desafíos y oportunidades vinculados a la informalidad, el acceso a la protección social y el desempleo juvenil”. Por último, advirtió que el costo de la informalidad “es alto para las personas trabajadoras, las empresas y la sociedad en su conjunto”, y convocó a derribar barreras y fortalecer políticas públicas que estimulen el empleo decente.

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El secretario Cordero, por su parte, coincidió en la importancia del diálogo social para “encontrar el camino adecuado y llegar a destino”. Luego çonsideró que la educación es “un elemento sustancial para esta primera incorporación en el mundo del trabajo” y añadió que hay que encontrar la manera de que otras formas de trabajo que hoy son elegidas por los jóvenes, como el trabajo independiente, autónomo y monotributista, cuenten con “la protección legal de los elementos que establece la OIT para el trabajo formal, como la seguridad social y la salud”.

Funes de Rioja opinó que “nuestra sociedad ha vivido sumergiéndose en las últimas décadas en la informalidad, no en la formalidad”, para remarcar luego que “la reversión de esto es responsabilidad de todos” porque “no hay fórmulas prospectivas ni hay soluciones únicas”. Y concluyó destacando la potencialidad de la industria argentina: “A pesar de todos los defectos que tiene desde el punto de vista industrial, nuestra productividad es muy buena en comparación con los países de América Latina, incluidos Brasil y México, incluidos Brasil y México. ¿Qué necesitamos para pasar al frente?. Educación y formación profesional y formalización son los dos grandes retos. Pero hoy este 40% de informalidad laboral es un peso negativo muy fuerte para la competitividad y la inserción de mercado que necesitamos».

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Martínez, a su turno, le reclamó directamente a Cordero que la cartera laboral recupere su rango de Ministerio, para avanzar en la lucha contra la informalidad, y pidió que el Gobierno convoque a una “mesa de trabajo” para abordar la problemática. También advirtió que sin inversión pública y crecimiento de la producción nacional va a ser imposible reducir los niveles de informalidad. “Si paramos el 100% de la obra pública, ¿cómo vamos a ayudar a la formalidad laboral?”, planteó.

“Como este gobierno, comprendemos el interés de abordar el plano económico, monetario, financiero y lo que representa la inflación. La mayoría de los argentinos estaríamos de acuerdo en tener un país estable, bien administrado, sustentable, con criterio. Los trabajadores, voz de la demanda que representa el sindicalismo, somos conscientes de que cuando la inflación es más alta, la pobreza va a ser más alta. Por lo tanto, estamos abocados, y lo hemos planteado no sólo ante este gobierno, en la necesidad de generar una política antiinflacionaria. Pero con la UIA y con el G6 le planteamos al unísono al anterior gobierno la necesidad de lograr un camino con una perspectiva de futuro diferente a la que se daba en un proceso inflacionario: así como está el plano económico, financiero, monetario e inflacionario, está el plano del desarrollo, la infraestructura, la producción, el trabajo y del crecimiento», concluyó el sindicalista..