Frente al deterioro del poder adquisitivo de los salarios y los abultados números de pobreza que mostró el INDEC en la última medición, desde el Ministerio de Desarrollo Social y el de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, se lanzó en Castelar un sistema de pasteurización de leche en origen, -con patente INTA-UBA-, para abaratar su precio en mercados de proximidad y garantizar la inocuidad y calidad en las pequeñas cuencas tamberas.
En una primera etapa, se producirán 13 ensachetadoras para 96 familias de productores de seis provincias argentinas. El primer equipo del país que envasa leche fluida, la pasteuriza y la enfría con condiciones óptimas de inocuidad para su comercialización directa en las zonas de proximidad, está ya en la última fase de validación técnica.
Según señaló el ministro Daniel Arroyo, esta tecnología “resuelve tres cuestiones: genera mejores condiciones ambientales y se evita la leche cruda; es trabajo y es mejora del ingreso de las familias productoras y baja el precio de los alimentos”. Además, aseguró: “Es investigación argentina, trabajo coordinado de los ministerios de Agricultura y Desarrollo Social y, como dice el presidente Alberto Fernández, la salida es con trabajo”.
Diseñada como alternativa para la pequeña escala, la tecnología fortalece las cadenas cortas de agregado de valor con beneficios para productores y consumidores. En tanto las familias tamberas pueden obtener una rentabilidad mayor que si la venden a la industria.
El equipo desarrollado por el INTA y la UBA fue proyectado para circuitos de comercialización en los que la leche recorre cerca de 20 kilómetros entre el productor y el consumidor, cuando la media para un circuito de cadena larga es de 750 kilómetros. La tecnología está basada en el principio de funcionamiento de la pasteurización en bolsa.
El sistema promueve una mayor eficiencia de los sistemas productivos lácteos regionales. Brinda la posibilidad de formalizar la producción existente y asegurar la calidad e inocuidad de la leche obtenida, a través de un equipo que tiene costos operativos muy competitivos.
“Como organismo de ciencia tecnología y más aún en este momento de pandemia es un imperativo trabajar en cooperación público-público y público-privada”, indicó la presidenta del INTA. “El mérito es de los equipos de investigación y extensión que vienen trabajando en este desarrollo”, destacó.
Si bien el Código Alimentario Argentino prohíbe la venta de leche no pasteurizada para consumo desde 1963, estudios del sector estiman que el 15 % del mercado nacional de leche pertenece al sector informal, categoría que comprende a los circuitos cortos de producción y consumo de leche fluida sin pasteurizar. Por su parte, en países en vías de desarrollo como los de América Latina, se calcula que el mercado informal alcanza el 80 %.
Sergio Justianovich, investigador del Instituto de Investigación y Desarrollo Tecnológico para la Agricultura Familiar del INTA (IPAF) Región Pampeana del INTA, quien trabaja desde hace 9 años en este desarrollo, aseguró: “Esta innovación contribuye a la producción de alimentos sanos dentro de las economías regionales, al tiempo que genera condiciones para descentralizar las producciones y fomenta mercados de proximidad más eficientes desde el punto de vista de la calidad de los alimentos y desde la dimensión energética.