En medio de un clima convulsionado por los altísimos datos de inflación y la pelea en el Frente de Todos, el Consejo Directivo de la CGT se reunirá este jueves para debatir y fijar posición respecto a éstos y otros temas que en parte, los han dejado «entrampados» en la grieta de la “coalición gobernante”.
La devaluación de los salarios no permite esperar mucho más. El descontento de las bases en muchos casos, han generado ruidos y cierta inestabilidad en dirigencias que parecían “eternas”, con lo cual se hace necesario debatir una estrategia para seguir transitando los dos años de Gobierno que le quedan a Alberto Fernández.
Las paritarias han comenzado a abrirse y ya han cerrado algunas de ellas, pero eso no alcanza para subsanar el malestar existente. El 2022 los espera con paritarias trimestrales, y duras negociaciones permanentes, que intentan evitar, una mayor pérdida del poder de compra.
Además estarán sobre la mesa los problemas de siempre: la crítica situación económica que padecen las obras sociales sindicales y la situación financiera de dificultad que «pega de lleno» en la misma sede central de Azopardo. Esto es «teléfono» para las regionales, en plena etapa de normalización, a las que se les exigirá que comiencen a ponerse al día.
La CGT busca avanzar con la normalización de varias delegaciones regionales – Estado de Alerta
Pero la incomodidad política que existe entre los distintos miembros de “casa madre” de los trabajadores, en medio de la “ruptura” de la coalición de gobierno, complica aún más los pedidos y los interlocutores, que en muchos casos siguen siendo “leales a Alberto Fernández”, pero que en otros casos se alejan claramente y apoyan al sector del kirchnerismo.
Ese terreno podría ser aprovechado por Pablo Moyano, hijo del histórico líder camionero, Hugo Moyano, apoyado por una suculenta multisectorial se relanzara con fuerza como uno de los principales referentes dentro de la organización.
