En medio de serios cuestionamientos sindicales al Gobierno por la suba de precios, se mantienen reuniones de distintos sectores del movimiento obrero en el intento de dinamizar y “endurecer” la pelea a “favor de los trabajadores” que ven día a día disminuir su poder adquisitivo, más allá de las medidas paleativas que se impulsan desde el Ejecutivo: bonos, control de precios o paritarias cortas.
Uno de ellos es el sector del moyanismo ampliado. Un frente sindical que ha venido creciendo y que integran decenas de gremios del Transporte, la Corriente Federal, SMATA, metalúrgicos y estatales entre otros, todos envalentonados con la idea de que Pablo Moyano, secretario adjunto del gremio de Camioneros y heredero natural de Hugo, pueda relanzarse como principal referente de la Confederación General del Trabajo, órgano que conduce junto a Héctor Daer y Carlos Acuña desde noviembre pasado.
En ese sentido, los integrantes de la FRESIMONA, -con la UOM renovada incluida- se ilusionan con impulsar desde Azopardo una férrea pelea, diferenciada de la central obrera tradicional, que sigue acompañando al presidente, Alberto Fernández, en su gestión, particularmente en su apoyo al acuerdo con el Fondo Monetario.
El relanzamiento de Pablo Moyano, de tono más combativo, podría incomodar más todavía a Héctor Daer y Carlos Acuña, que nuevamente deberán decidir, si pliegan en la pelea o siguen por la vía moderada, algo que ésta vez puede tener mayor costo político.
La «batalla» que ésta multisectorial (a la que también se suman voluntades de Derechos Humanos, universidades y otros espacios políticos) intentará dar, no es sólo contra la inflación, sino que incluye a la Justicia. “La casta de la que nadie habla”, disparó la vicepresidenta, Cristina Kirchner, hace algunas horas, expresión que coincide con las manifestadas por Moyano hijo, también en claro enfrentamiento con el Poder Judicial, donde es clave tener alguna injerencia cuando hay causas judiciales en curso y se reconfigura el Consejo de la Magistratura.