Lo confirmó el mismo titular de la Federación Argentina de Empleados de Comercio y Servicios (Faecys) y del gremio mercantil porteño (SEC), Armando Cavalieri, luego de la extensa reunión que mantuvieron los integrantes de la mesa chica ampliada de la CGT en la sede de UPCN.
El encuentro que tuvo como objetivo abordar la gravísima crisis económica que atraviesan más de 60 mil empresas y el riesgo de 260 mil despidos que eso significa, no evitó otra discusión de igual gravedad que es la prestación de las obras sociales en un contexto donde la “recaudación cae a niveles insoportables”, afirmó Cavallieri, histórico dirigente del gremio.
Así ya anticipó que «la recaudación del sistema solidario de salud sindical, que atiende y ofrece los más variados servicios a más de 16 millones de personas en todo el país está en riesgo”, cuestión por la cual, acto seguido el Gobierno salió en rescate redireccionando desde la Superintendencia de Salud 3.800 millones de pesos que puedan descomprimir por lo menos este cuello de botella en el que se encuentran reconocidas mutuales como OSECAC.
La situación particular del SEC tiene que ver con el cierre de más de 24 mil comercios en la ciudad de Buenos Aires y unos 40 mil en total a lo largo y ancho de todo el país, con previsiones muy oscuras para los próximos meses y sin ninguna certidumbre tampoco respecto al futuro de los que están funcionando, pues en zonas donde ya están en Fase5, las ventas no alcanzan el 50%.
A tal punto llegan las dificultades que Cavallieri reconoció que “la obra social de su gremio debió pedir asistencia al Estado (ATP) para poder completar los salarios de abril de sus empleados”, herramienta que también utilizaron la mayoría de las obras sociales sindicales hoy asfixiadas por la falta de fondos.
En el encuentro se tocaron temas que generan fuerte incertidumbre en el ámbito sindical, como las consecuencias económicas de la cuarentena que desde este miércoles volvió a su fase más dura, el pago de aguinaldos fraccionados o las paritarias paralizadas ya sobre el inicio del segundo semestre del año.
Se espera un urgente llamado del Gobierno para dar tratamiento a la situación, que de lo contrario, será abordada sólo por dos de los tres actores que iban a participar en la mesa: serán los sindicalistas y los empresarios, ambos urgidos en la búsqueda de soluciones que no pueden esperar.
De hecho ya comienzan a gestar desde la central obrera una reunión para la semana próxima, de modo de acelerar los tiempos para unificar criterios y lograr acuerdos con los referentes de la industria para generar algo de sosiego en medio de un panomara, por demás, incierto.