Después de que la Confederación General del Trabajo (CGT) confirmara la fecha de su tercer paro general contra el Gobierno de Javier Milei para el próximo 10 de abril, la Unión Tranviarios Automotor (UTA) hizo pública su adhesión a la medida de fuerza lo que, junto con la decisión del gremio de conductores de trenes La Fraternidad de sumarse al paro, garantiza una contundencia significativa para la protesta gremial.
Aunque el paro general tiene en su centro el reclamo contra las políticas económicas del gobierno libertario, lo cierto es que la decisión de avanzar con esta nueva medida de fuerza se antocipó en un Congreso de la Unión de Trabajadores de la Economía Popular (UTEP) realizado poco después de la brutal represión oficial contra la movilización de jubilados del pasado miércoles 12 de marzo, por lo que también tiene en su centro el cuestionamiento al cariz cada vez más represivo del oficialismo.
Centrales del transporte como la Confederación Argentina de Trabajadores del Transporte (CATT) y la Unión General de Asociaciones de Trabajadores del Transporte (UGATT) ya participaron solidariamente del reclamo de los jubilados de las últimas dos semanas, denunciando no sólo los recortes oficiales de haberes y cobertura de medicamentos, sino también la sostenida represión contra los adultos mayores que salieron a reclamar.
Estando confirmado que se suman al paro de trenes y subtes (la Asociación Gremial de Trabajadores del Subte y Premetro, AGTSyP-Metrodelegados ratificó su adhesión), la confirmación de la UTA (que no se había sumado a los paros previos) resulta clave para garantizar la contundencia de la medida de fuerza y mostrar un país productivamente paralizado como reclamo contra las políticas económicas y sociales del gobierno de Milei.
