Como tantos otros comercios emblemáticos, cerró sus puertas la histórica pizzería Roma, ubicada en Lavalle 888, ícono de la peatonal porteña. Luego de 60 años de historia, dejó de existir. sorpresivamente. Ayer abrió sus puertas con normalidad y hoy cuando fueron sus 40 trabajadores la encontraron tapiada.
Sus dueños, Fernando y Daniel Sarlenga, no habían dado aviso a sus empleados y hoy para su sorpresa, comenzaron a llegar telegramas de despidos, citándolos en un estudio jurídico para realizar la liquidación final.
Rubén Torrez, delegado del centro gastronómico, informó que “Anoche trabajamos normal hasta la 1 de la mañana y hoy cuando volvimos la encontramos tapiada. Nos habían dicho que iban a cerrar por reformas, pero en realidad nos echaron a todos».
La familia Zarlenga, propietaria del lugar tiene otra pizzería en Callao y Rivadavia -en Congreso- donde se reunieron -a la espera de una respuesta- los trabajadores despedidos ante la desesperación de haber perdido su fuente de trabajo.
Al ser consultados relataron que «les habían adelantado que iba a cerrar por reformas desde el 2 de enero, pero nunca les dijeron que cerraría. Este año, parece haberse hecho costumbre para algunos empresarios el maltrato a la hora de despedir trabajadores. Algunos se encuentran con carteles pegados, otros con su lugar de trabajo tapiado, como el caso de la pizzería Roma.
Este cierre se suma a la crisis que vive el sector gastronómico que cerrará uno de sus peores años. Algunos de los lugares más emblemáticos como Clo Clo o Hermann, son algunos lugares que dejaron de funcionar. En tanto en Puerto Madero, la mayoría de los restaurantes pidió Procedimiento Preventivo de Crisis por las obras de infraestructura y en la calle Corrientes, La Giralda, tradicional por su chocolate con churros sigue buscando comprador porque no puede sobrevivir a los altos costos y a la caída del consumo.
