Este lunes la fábrica riojana Arisco, productora de aderezos de la multinacional Unilever, confirmó su cierre, dejando a 130 trabajadores sin su fuente laboral. La empresa explicó que la decisión se debe a que la industria alimenticia “está atravesando un período de estancamiento desde hace varios años debido a la caída generalizada del volumen de producción, como consecuencia de la desaceleración local en los niveles de consumo”.
La decisión se comunicó primero a la comisión del Sindicato de Trabajadores de la Alimentación (STIA) y luego a todos los operarios. En horas del mediodía los delegados del gremio concurrieron a la Secretaría de Trabajo Provincial para pedir su intervención, pero desde el organismo les confirmaron que “representantes legales de Unilever se reunieron con el gobernador y ya no hay vuelta atrás”.
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La secretaria de Trabajo de La Rioja, Miriam Espinoza, explicó que incluso el gobernador Sergio Casas trató de interceder personalmente con representantes de la empresa, pero la decisión ya estaba tomada, sin posibilidades de revisión.
El viernes pasado la empresa le había informado a todos sus trabajadores que la actividad comenzaría a las 14 del lunes por falta de una materia prima, pero a esa hora recibieron el aviso de que la planta productora de mostaza, mayonesa, kétchup y salsas Knorr había decidido cerrar sus puertas definitivamente. Desde la empresa aseguran que las indemnizaciones serán del 180% y al contado.
