En Chile, y luego de rechazar una oferta salarial considerada como baja, los trabajadores de la mina Chuquicamata, uno de los mayores yacimientos de la Corporación del Cobre (Codelco) de Chile, realizaron una asamblea y votaron ir a un paro. La moción se aprobó por amplía mayoría y luego de varias horas de debate.
Los dirigentes de los tres sindicatos de la mina confirmaron la noticia aunque existen instancias de mediación para evitar la medida de fuerza. También, recalcaron que un 86% de los afiliados gremiales rechazó la última oferta de Codelco, presentada el pasado 24 de mayo, que incluye beneficios de 9.850.000 pesos por trabajador (unos 14.150 dólares).
Precisamente, de los 2.929 afiliados que votaron, 2.755 se pronunciaron a favor de la huelga y sólo 169 aprobaron la última oferta de la empresa. «Esto constituye además el rotundo fracaso de una política de recursos humanos y de relaciones laborales donde priman a diario las amenazas y las presiones de todo tipo al personal», sostuvieron los referentes sindicales.
Y agregaron que «a la falta de rigurosidad y de profesionalismo en la concepción y ejecución de los proyectos estructurales, como lo son la Fundición de Concentrados y la Mina Chuqui Subterránea, los ejecutivos agregan un grueso error de apreciación y diagnóstico del clima laboral, en pleno proceso de transformación de nuestra División».
Al ser una empresa en manos del estado chileno, los representantes sindicales solicitaron que el presidente Sebastián Piñera y los ministros de Hacienda y Minería se involucren en el conflicto, bajo su condición de miembros de la junta de accionistas de Codelco, y al directorio de la compañía, en pos de «realizar todas las gestiones que están a su alcance, en función de evitar la huelga, terminando con el conflicto».
Desde la empresa solo dijeron que «estamos haciendo el mejor esfuerzo para lograr un acuerdo que concilie las condiciones del negocio, la sustentabilidad futura de la división y las legítimas expectativas de los trabajadores». Vale destacar que la gigantesca mina a cielo abierto Chuquicamata está experimentando una compleja transformación de 5.000 millones de dólares para ser una mina subterránea, en un intento por extender su vida útil que no será demasiada: según distintos expertos, sufrirá un declive en su producción de un 40% en los próximos dos años. Por eso, la compañía no prevé grandes aumentos salariales.