Sebastián Piñera, presidente de Chile, desea realizar una reforma laboral y ya realizó reuniones con grupos de expertos en materia de contratación y negociación colectiva para elaborar el proyecto de ley que será debatido este año en el Congreso.
El mandatario se refirió públicamente a la iniciativa, a la que calificó de «moderna» en contraposición a la que se sancionó durante el gobierno de Michelle Bachelet en 2017. Un proyecto que, desde su óptica, «no menoscaba derechos». Entre los principales puntos, la nueva normativa menciona que las huelgas finalizarán «en caso de reincorporación de la mayoría absoluta de los trabajadores y la aceptación del último instrumento colectivo para los trabajadores descolgados».
Por otro lado, se reconoce a grupos de trabajadores que negocien por fuera de un gremio. Aunque «ciertos derechos propios del sindicato que no serán aplicables a los grupos negociadores como, por ejemplo, la huelga, el fuero de negociación y la posibilidad de extensión de beneficios”.
Acerca de la capacitación, se propone «franquiciar el gasto efectivo y no el aporte de forma tal de lograr mas efectividad del aporte tributario», así también se «establecería un sistema de voucher para que el trabajador elija que tipo de capacitación que necesita».
En otro párrafo del proyecto se menciona el régimen de contrataciones y se establece que las partes podrán pactar, a nivel individual, una jornada ordinaria de trabajo que no exceda de 180 horas mensuales. También existiría una indemnización alternativa fijada por años de servicio.