Luego de otra jornada de movilizaciones y protestas en Santiago de Chile y en otras ciudades del país transandino, este martes por la noche el presidente Sebastián Piñera presentó desde la Casa de la Moneda una serie de propuestas para una “agenda social de unidad nacional”, pidió perdón por la “falta de visión” de su gobierno y anuncio una serie de medidas de alivio económico para la población.
El mandatario reiteró haber “escuchado a la gente” y planteó la necesidad de “volver a la normalidad” como condición necesaria para levantar el Estado de Emergencia y eliminar la presencia militar en las calles.
“Es verdad que los problemas se acumulaban desde hace muchas décadas y que los distintos Gobiernos no fueron ni fuimos capaces de reconocer esta situación en toda su magnitud. Reconozco y pido perdón por esta falta de visión”, reconoció Piñera. Luego se manifestó optimista, considerando que “todo problema significa también una oportunidad. Llegó el momento de recuperar el tiempo perdido, acelerar el ritmo y pasar a la acción, y con urgencia, en el campo de las soluciones”.
El paquete de medidas anunciado por el Gobierno chileno incluye un aumento de las pensiones y del aporte estatal al fondo previsional, la creación de un seguro para enfermos que no estén en condiciones de pagar por su tratamientos, una reducción en el precio de los medicamentos, la implementación de “ingreso mínimo” garantizado, la anulación de los aumentos de tarifas eléctricas, la creación de un impuesto a la riqueza, una reducción en el salario de los congresistas, una mejora en la distribución de ingresos entre municipios pobres y ricos, la creación de una Defensoría de Víctimas y un plan de reconstrucción para la infraestructura dañada por la protesta.
La Corriente Federal repudió la represión de Piñera contra el pueblo chileno
Antes de hacer estos anuncios, Piñera convocó a una reunión de trabajo a los líderes de los distintos partidos de la oposición, que en su mayoría rechazaron el convite. El objetivo del encuentro apuntaba a avanzar en la posibilidad de una convocatoria conjunta a “un acuerdo social” impulsado tanto por el Gobierno como por la oposición. Sólo participaron de la reunión referentes del Partido Radical, el Partido por la Democracia y el Partido Demócrata Cristiano, mientras que el Frente Amplio, el Partido Socialista y el Partido Comunista estuvieron ausentes.
Los anuncios de Piñera no parecen haber hecho mella en la intensidad de las movilizaciones que este miércoles volvieron a ocupar las calles de Santiago y otras ciudades. Este miércoles y jueves se convocó a una nueva huelga general con la adhesión de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), ampliando la medida de fuerza de ayer que ya había involucrado a portuarios, transportistas, mineros, empleados públicos y otros gremios, además de numerosas organizaciones políticas y sociales.
En cuanto a las repercusiones del conflicto en nuestro país, el embajador argentino en Chile Octavio Bordón cruzó al canciller Jorge Faurie, desmintiendo su hipótesis de que exista un “plan desestabilizador” en la región, impulsado por el presidente venezolano Nicolás Maduro: “Es cierto que antes de estas movilizaciones había varios colectivos sociales que protestaban y pedían mejoras: los estudiantes secundarios, lo que se quejaban por la salud o el transporte o la inseguridad, yo creo que todo eso se juntó. Ahora, si hay un intento desestabilizador, yo no lo veo”.