Ante el importante aumento de casos, el ministerio de Educación de Catamarca dispuso la suspensión de clases presenciales durante esta semana en cuatro jurisdicciones de la provincia. Pero horas más tarde, dio marcha atrás, apostando al respeto de protocolos para mantener la vuelta a las aulas.
En principio, desde la Secretaría de Gestión Educativa, explicaron que, «habiendo tomado conocimiento de las medidas sanitarias previstas por el Comité Operativo de Emergencia (COE), se comunica la suspensión de actividades presenciales del 5 al 9 de abril inclusive, en todos los establecimientos educativos de todos los niveles y modalidades del Sistema Educativo Provincial correspondiente a los departamentos Andalgalá, Capayán, Santa María y Pomán».
«La presencialidad retornará a partir del día 12 de abril, siempre teniendo en cuenta la evaluación de la situación epidemiológica local en cada uno de los departamentos mencionados», señalaron desde la secretaría.
Y agregaron: «La suspensión de actividades presenciales se desarrollará acompañando y fortaleciendo el proceso de enseñanza y aprendizaje desde la no presencialidad».
Finalmente, informaron que «en las jurisdicciones de Mutquín, departamento Pomán y Aconquija en el departamento Andalgalá, los docentes residentes continuarán con el desarrollo de las actividades presenciales mientras que los docentes no residentes lo harán desde la no presencialidad».
Este tema en otras provincias todavía no se analiza y citan al ministro de Educación de la Nación, Nicolás Trotta, quien ratificó la continuidad de las clases en las aulas: «Nos oponemos a flexibilizar los protocolos».
También manifestó que «la evidencia indica que es posible mantener las clases presenciales con cuidados» y destacó la importancia de «promover un regreso cuidado a las escuelas, con protocolos de cuidados que son muy estrictos», y sostuvo que si bien «pueden mejorar», se cumplió el objetivo.
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Además, planteó que Nación se opuso a flexibilizar los protocolos sanitarios, tal como había planteado el Ministerio de Educación porteño. «Nos opusimos a flexibilizarlo porque creemos que el protocolo y la fiscalización de su cumplimiento es fundamental para lograr sostener la presencialidad», expresó.
Desde los gremios docentes ya analizan la situación con las bases, aunque todavía no tienen postura tomada, y uno, Udocba, de la provincia de Buenos Aires le pidió a las autoridades “la inmediata suspensión de las clases presenciales para salvaguardar la salud y la vida de alumnos/as, docentes, auxiliares y de la comunidad educativa”. El pedido alcanza a aquellos distritos que presentan un riesgo alto, definido por las autoridades nacionales, al tiempo que requiere que se “implemente un mecanismo de interrupción automática de la presencialidad en aquellos distritos donde se detecte un aumento en los contagios”.