Es el triste saldo que deja un informe de Cáritas y del Observatorio de la UCA, que reveló que el 30% de los argentinos “nunca dejó de ser pobre” en la última década. Del mismo estudio surge que casi el 60% de la población activa accede a empleos precarios o está desocupado, motivo central de la crisis social que denuncian de este sector eclesiástico.
La crisis avanza y no deja de sembrar secuelas. Lo reflejan los datos del Observatorio. En la última década, solo cuatro de cada diez personas lograron evitar el umbral de la pobreza. O si lo decimos al revés, seis de cada diez argentinos cayeron en la pobreza desde 2010.
Los dramáticos índices fueron dados a conocer por Cáritas, la principal organización social de la Iglesia, que el sábado y el domingo próximos realizará su tradicional colecta anual (en las parroquias y por vía digital), para recaudar fondos que permitan sostener los programas de desarrollo humano integral y de asistencia alimentaria en todo el país.
Las últimas mediciones del Observatorio, creado en 2008 por la Universidad Católica Argentina (UCA) y constituido en uno de los registros sociales más confiables, muestran un índice de pobreza del 43,8%(18 millones de personas) y reflejan que uno de cada diez ciudadanos “experimenta hambre de manera cotidiana”. En la última década, la indigencia se duplicó: pasó de 4,2% (2011) a 8,8% (2021).
Solo el 42% de la población activa accede a un trabajo digno y el 58% consigue un empleo precario, un trabajo de indigencia o está desocupado.
El informe revela que el núcleo duro de la pobreza está principalmente en las 5687 villas o barrios populares que se extienden en el país, donde miles de familias acceden en forma muy limitada a servicios básicos. A lo largo del año pasado. Cáritas asistió a casi 700.000 personas con alimentos y programas de promoción humana integral.
“Son barrios de trabajadores que tienen deseos: una tierra para tener su hogar y un trabajo para sostener a sus familias. Tierra, techo y trabajo son los anhelos de todos los argentinos”, advirtió monseñor Gustavo Carrara, obispo auxiliar de Buenos Aires, vicepresidente de Cáritas Argentina y referente de la Pastoral en Villas de Emergencia, durante la presentación del documento, en la parroquia Santa María Madre del Pueblo en el Bajo Flores.
El termómetro de la pobreza marcaba en 2011 un índice del 25,9%, con un 4,2% de indigencia. Hoy ambas cifras trepan al 43,8% y 8,8%, respectivamente. El cuadro social se agrava entre los menores de 18 años, entre los cuales la pobreza impacto al 64%, según la medición del Observatorio.
El contexto inflacionario país es una de las cuestiones que más colabora en el empeoramiento de los números, dado que afecta con más violencia a los sectores más vulnerables, particularmente porque la espiral de suba de precios está muy concentrada en alimentos, que para el mes de mayo nuevamente tendrán un incremento cercano al 6% mensual, que se sumará a cifras similares desde el inicio del año, cuestión que erosiona completamente los ingresos y la capacidad de compra.