Distintas organizaciones empresarias evalúan pedidos de “emergencia” para presentar al próximo gobierno de Alberto Fernández, entre ellas la Cámara de la Construcción y la Federación del Transporte de Carga. La Unión Industrial Argentina (UIA) espera a que el presidente electo designe a un responsable del sector productivo para comenzar el diálogo.
La entidad industrialista analizó el tema durante la reunión de Junta Directiva concretada este miércoles, según confirmó José Urtubey. A la espera de la confirmación del Gabinete de ministros de Fernández, no descartan que Cecilia Todesca pueda ser la responsable para el sector. Desde la UIA prácticamente descartan que la nueva gestión nacional arranque sosteniendo el cepo que restableció el macrismo después de las PASO y ven como posible el pedido al Congreso de una Ley de Emergencia Económica. A este respecto, se evaluó que con la nueva composición de las Cámaras (particularmente la de Diputados, donde el oficialismo no tendrá mayoría propia) será más necesaria que nunca la búsqueda de consensos.
En el encuentro también se analizó un informe del Centro de Estudios de la UIA (CEU), que confirma que son cada vez más sectores los que están en una situación crítica, más allá de la industria que viene denunciando una gravísima situación de recesión hace más de un año.
Uno de estos casos, es el de la Cámara Argentina de la Construcción (Camarco), que estaría impulsando un pedido de declaración de emergencia para la actividad, dando cuenta de la profunda crisis del sector después de la suspensión de la obra pública definida por el Gobierno de Cambiemos, particularmente después del acuerdo de reducción de déficit firmado con el FMI. Luego, el cepo al dólar terminó de hacer también imposible la supervivencia del sector privado.
Desde la Federación Argentina de Entidades Empresarias del Autotransporte de Cargas (FADEEAC) también denunciaron una situación crítica y pidieron que se declare la emergencia económica y una política específica para la reactivación del sector, golpeado por la creciente carga fiscal y el aumento de los combustibles, además de la caída de las ventas por la pérdida del poder adquisitivo de los salarios.