Bullrich volvió a atacar a los movimientos sociales afirmando que «defienden una cultura de la pobreza»

La ministra de Seguridad Patricia Bullrich renovó su ataque contra los movimientos sociales afirmando que defienden “una cultura de la pobreza como algo positivo”. La funcionaria aseguró que, a pesar del empeño en el “diálogo” que puso el gobierno de Mauricio Macri, debieron lidiar con la oposición de estos sectores “desde el primer día” de gestión.

En un escenario político en el que los movimientos sociales se hicieron muy presentes en movilizaciones callejeras, reclamando por la aprobación de la Ley de Emergencia Alimentaria (finalmente votada por el Parlamento), Bullrich criticó específicamente a los dirigentes Emilio Pérsico (del Movimiento Evita) y Juan Grabois (de la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular, CTEP): “Los que manejan los movimientos son políticos. ¿O vamos a pensar que Pérsico Y Grabois son vulnerables? Son políticos que han decidido en vez de trabajar en un partido político, hacer un movimiento social. Ninguno es Margarita Barrientos o Toty Flores, son políticos convertidos en dirigentes de movimientos sociales para tener una base política propia”.

“La lógica de los movimientos sociales que se ha demostrado en los últimos 25 años, no los que están ahora, es que no hay una estrategia clara desde los movimientos para que la gente salga de la pobreza. Hay una cultura de darle cierta entidad a la pobreza como si fuera algo positivo y eso no es bueno para salir de la pobreza”, insistió la ministra este domingo, en diálogo con radio Mitre.

La ministra de Seguridad definió: “Tienen una mirada poco proclive al cambio, a un cambio realmente positivo, para que la gente pueda salir efectivamente de la pobreza. Lo piensan dese una perspectiva simple: ‘Vamos a una ley de emergencia alimentaria’, y no una construcción de la cultura del trabajo, del esfuerzo, de generar otro tipo de reglas y costumbre que les permitan a las personas salir de la pobreza”.

Por último, la ministra defendió el Servicio Cívico de Valores para los jóvenes, en el marco del que remarcó que ofrece “la posibilidad de que los jóvenes adquieran otras características, otras costumbres, reglas, una disciplina que les permita estar aptos para buscar trabajo, que los prepare para el mundo de estudiar y trabajar. Y concluyó: “Que la juventud tenga costumbre laboral para encontrarse con el mundo del trabajo, que hoy en día se dificulta por esta falta desde la misma familia, del empuje para poder hacerlo, porque es mejor quedarse: ‘Me quedo acá en lo que soy que es más aunque tenga menos, es más fácil que salir a trabajar’. Ese cambio cultural hay que hacerlo y muchos movimientos sociales no han tenido una buena política para eso”.