Brasil: El Supremo Tribunal aprobó la tercerización en todos los niveles

Este viernes el Supremo Tribunal Federal brasileño (el equivalente a nuestra Corte Suprema) determinó la constitucionalidad de una ley de tercerización laboral que habilita esta práctica a todos los niveles, incluida la actividad principal de las compañías, lo que hasta el momento estaba prohibido.

La aprobación en fallo dividido, por 7 votos contra 4, confirma una de las leyes más relevantes aprobadas por el Congreso brasileño durante el mandato del presidente Michel Temer, que también fue una de las más resistidas por el gremialismo que la denuncia como un avance en la precarización de las condiciones de trabajo. Según esta normativa, las empresas ahora pueden tercerizar en otras compañías incluso las tareas madre o núcleo de su producción, lo que les permite un ahorro en lo que hace a cargas sociales y otros costos.

Según argumentó el juez Celso de Mello, quien rechazó los planteos de inconstitucionalidad de la ley y sostuvo que su aprobación ayudará a la creación de puestos de trabajo, “los actos del poder público, bajo el pretexto de proteger al trabajador, podrían producir muchos perjuicios a los propios trabajadores, ya que las crisis económicas disminuyen considerablemente los puestos de trabajo”. En el mismo sentido, Cármen Lúcia, la presidenta del Supremo Tribunal, consideró que la tercerización no viola per se la dignidad del trabajo.

Más allá de este histórico fallo favorable, la ley debería superar todavía un obstáculo para su implementación plena: la existencia de una resolución del Tribunal Superior del Trabajo que en 2011 prohibió la tercerización en las llamadas “actividades fin” de las empresas, limitándola a las que no les resultan centrales (limpieza o mantenimiento, por ejemplo).

Según el Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE), el desempleo en el país vecino viene retrocediendo lentamente, retrocediendo a 12,3% en el período mayo-julio, en su cuarta mejoría consecutiva. Sin embargo, en Brasil se cuentan 12,9 millones de personas que buscan trabajo y otros 5 millones que ya desistieron de hacerlo, por lo que según algunos analistas la mejora de una décima en el último indicador laboral podría deberse simplemente al llamado “efecto desaliento”.