La reforma previsional que lanzó Jair Bolsonaro cuenta con el rechazo de los sindicatos, que lograron consensuar una medida de fuerza en contra de la iniciativa para el próximo 14 de junio. Durante el acto del Día del Trabajo de este 1 de mayo, los referentes gremiales indicaron que el jefe de Estado «impedirá que los brasileños accedan a su derecho de jubilarse al establecer reglas difíciles de ser alcanzadas».
Desde Fuerza Sindical señalaron que «este año, el acto es unificado. Todas las centrales tienen un mismo objetivo: luchar contra una reforma que quita derechos y mantiene privilegios». Desde el Gobierno esgrimen que los cambios en las jubilaciones son necesarios para que el Estado ahorre 1,6 billones de reales (407.150 millones de dólares) en una década. Incluso, el Planalto ofreció negociar modificaciones en el proyecto, que plantea sinteticamente dificultades graduales para acceder a un haber jubilatorio.
No obstante, desde los gremios no admiten alteraciones y piden directamente «derribar» la reforma: «Vamos a marcar la huelga general para el 14 de junio, exactamente para derribar la reforma del sistema de pensiones porque no es posible que los trabajadores no tengan el derecho a jubilarse y tengan sus derechos rasgados», dijo Vagner Freitas, el presidente de la Central Única de los Trabajadores (CUT).
Hasta el momento, el proyecto se encuentra en debate en una comisión especial tras ser aprobado en la Comisión de Constitución y Justicia y de Ciudadanía. Para Bolsonaro, es prioridad que llegue a buen puerto ya que fue una de las principales promesas de campaña.