El Gobierno que lidera Jair Bolsonaro pretende avanzar, en este contexto, con la privatización del servicio postal pese a la resistencia de sus trabajadores, que lanzaron una huelga general en todo el país. El diálogo entre las partes es nulo hasta el momento.
El Planalto decidió progresar con la licitación de la firma estatal, un proceso que ganó el consorcio Postar, y decretó caducos, desde el 1° de agosto, el 80% de los artículos del Convenio Colectivo de los empleados de la empresa, lo que desató el paro.
Desde el sindicato que nuclea al personal, que cuenta con el apoyo de la central obrera CUT, expresaron que Bolsonaro tiene como propósito «obligar al retiro de miles de trabajadores y abaratar el costo de la m,ano de obra asalariada. Y el propósito de esta medida antiobrera no es solo ahorrar dinero por parte del Estado sobre la base de la superexplotación de los trabajadores, sino abrir el camino a su privatización en favor de grandes monopolios internacionales como Amazon, Alibaba y otros».
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También los trabajadores dejaron en claro que «todo el movimiento obrero del Brasil debiera apoyar activamente la huelga de los correos. No solo en defensa del salario y las condiciones laborales de sus trabajadores, cuya rebaja pretenderá ser extensiva al conjunto de los trabajadores estatales, sino también para hundir los planes de entrega del patrimonio nacional al gran capital brasileño e imperialista».
