La reforma previsional que impulsa el gobierno de Jair Bolsonaro podría ser votada en el Congreso en julio próximo, de acuerdo a los dichos del líder de la Cámara de Diputados, Rodrigo Maia, quien forma parte del opositor MDB. El legislador confirmó conversaciones con el oficialismo, quien busca modificar algunos artículos para que se apruebe sin inconvenientes aunque cuenta con el rechazo total de los sindicatos.
El legislador afirmó: «Estamos conversando, es importante que el Presidente esté cerca del parlamento. La construcción de las votaciones de interés en Brasil pasan por el liderazgo del Presidente y de sus aliados». La modificación en el sistema jubilatorio fue una de las principales promesas de campaña del ex militar. De acuerdo a su ministro de Economía, Pablo Guedes, la reforma debe ser realidad para morigerar el alto deficit fiscal del país.
Y precisó que el régimen de contribución paso de tener un rojo de 12.700 millones de dólares en 2018 a USD 20.300 millones en 2019 y USD 33.000 en 2020. «Así no es posible continuar», dijo el funcionario. Los principales gremios ya anunciaron que no se puede aprobar la iniciativa: el 14 de junio realizarán un paro general que promete ser masivo para defender a los jubilados.
«Brasil se detendrá en defensa del derecho a la jubilación de los brasileños y las brasileñas. La única forma de barrer esa reforma es hacer el enfrentamiento en las calles. Es huelga general», destacó el presidente nacional de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), Vagner Freitas, ante el clamor de los trabajadores que acompañaron el anuncio.
Para Freitas, «la propuesta de Bolsonaro y su gurú, Paulo Guedes (ministro de Economía), es cruel con el pueblo. Quieren acabar con la ayuda-enfermedad, dificultar el auxilio-maternidad, acabar con el derecho de los trabajadores, sobre todo de los más pobres, de recibir pensión y jubilación para sobrevivir. Es por eso que vamos a parar el día 14”.
