Este martes el presidente brasileño Jair Bolsonaro aseguró que seguirá adelante con su plan de ajuste fiscal y de recorte de subsidios pese al fuerte impacto económico y social que tiene en el país vecino la epidemia de coronavirus. Uno de los anuncios más preocupantes para los sectores vulnerables fue el de no renovar el subsidio de emergencia instaurado en el marco de la crisis sanitaria.
Desde sus redes sociales, Bolsonaro afirmó que “no se hace responsable” por la crisis de desempleo causada por la epidemia y defendió a su ministro de Economía Paulo Guedes: “La responsabilidad fiscal y el respeto al techo del gasto público son nuestro norte en la economía. Estamos abiertos a sugerencias de los líderes partidarios. La ayuda de emergencia, lamentablemente para los demagogos y comunistas, no puede ser para siempre”.
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Bolsonaro afirma tener en agenda el lanzamiento de un plan social para reemplazar la llamada “Bolsa familia”, una herramienta de apoyo alimentario creada por el gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva. Pero la iniciativa se llevaría adelante sin tocar las duras metas fiscales fijadas en 2017, lo que hace prever que su alcance será muy limitado.
Las polémicas declaraciones del presidente brasileño se producen en un momento en que el país vecino registra más de 4.700.000 afectados y 140.000 fallecidos, con una caída del PBI para este año superior a los cinco puntos. Sin embargo, los sondeos ubican a su gobierno con un 40% de aprobación y a él personalmente con un 51% de confianza personal, el máximo índice alcanzado desde que asumió la presidencia.