El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, anunció que su país «está al límite de su capacidad energética»; según sus palabras esto se debe a una sequía histórica que golpea la capacidad de las centrales hidroeléctricas. En la misma línea anticipó que habrá aumentos en las tarifas de luz a la vez que pidió a la población reducir su consumo.
Este viernes Bolsonaro emitió un discurso en el Palacio de la Alvorada, allí acusó a los gobernadores de no reducir los impuestos provinciales a la energía y pidió a la población que «apaguen la luz que no usan en sus casas, vamos a ahorrar entre todos energía».
«Algunas centrales hidroeléctricas pueden dejar de funcionar si esta crisis hidrológica sigue existiendo», expresó el presidente. Por su parte, la crisis provocó que el órgano regulador recomendara prepararse para comprar energía a países vecinos antes de fin de año.
En este contexto, el presidente anunció el plan de racionamiento de energía que emprendió la administración pública federal hasta abril de 2022. En la misma línea explicó que «gran parte de las centrales hidroeléctricas están trabajando al 10 y 15% de almacenamiento».
También aseguró que la tarifa de luz tendrá aumentos para industrias y hogares ya que «se necesitan acudir a las fuentes termoeléctricas, que usan diésel, con costos mayores», para suplir la falta de agua en las hidroeléctricas. «No lo hacemos por maldad, sino porque hay que usar otra fuentes más caras como el diésel», argumentó.
Por otra parte, el ministro de economía, Paulo Guedes, generó polémica tras preguntar «¿Cuál es el problema en que aumenten las tarifas?». A su vez, la contracara de la cuestión energética es que las protestas de sectores productivos y consumidores están aumentando, sobre todo a causa de la suba de la nafta.
Esta crisis energética se da dentro del contexto de privatización de Eletrobras, la mayor empresa estatal energética de Latinoamérica, la cual se realiza con la reducción del Estado en el paquete accionario.