El presidente de EEUU, Joe Biden, tiene un objetivo para nada menor: crear 19 millones de empleos a lo largo de los próximos años con su plan de infraestructura, que tendrá una inversión de 2,25 billones de dólares. La cifra aceleraría la recuperación tras la pandemia y se prevé financiar con una suba del impuesto de sociedades, una medida que ciertos sectores opositores consideran «populista».
«Un análisis independiente», realizado por la agencia Moody’s, «muestra que si aprobamos este plan, la economía creará 19 millones de puestos de trabajo», aseguró el mandatario. Y los que más se beneficiarían serían los sectores manuales, como la construcción o los instaladores eléctricos.
El llamado «Plan de empleo estadounidense» pretende «actualizar la infraestructura física y tecnológica del país» y abordar las desigualdades económicas de la nación. «Eso son puestos de trabajo a largo plazo para los instaladores de tuberías, los trabajadores de la sanidad, los que trabajan en las fábricas de acero y también en los laboratorios de vanguardia», añadió.
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Según consta en un documento publicado por la Universidad de Georgetown, se estima que un plan de empleo de 2 billones de dólares, de los cuales 1,5 billones se destinarían a infraestructuras, «crearía o salvaría 15 millones de puestos de trabajo en 10 años y aumentaría la proporción de empleos en infraestructuras del 11% al 14% de todos los puestos de trabajo en este país».