Becarios del CONICET, ante la crisis económica, analizan irse del país

La crisis que atraviesa el CONICET, que quedó visibilizada por la participación de la bióloga Marina Seminian en un programa de televisión al que asistió para ganar dinero y, así, continuar con una investigación, obliga a los becarios del organismo a pensar en emigrar. Los salarios devaluados junto a la falta de fondos para encarar proyectos hace la situación insostenible.

Becarios como Tomás Laporte, de 26 años, que trabaja junto a Seminian y está dedicado a la Biotecnología y Biología Molecular, advirtió que «este año nos vamos de vuelta al exterior, a San Sebastián (España) y el próximo a Australia, porque ya se nos fueron las ganas de estar acá». En esa línea, su compañera María José Gottas señaló que «en un intercambio que realicé durante seis meses con un laboratorio en Estonia, avancé en mi investigación lo que hubiera demorado un año y medio en Argentina, porque todo el equipamiento está en un mismo edificio y tienen los insumos necesarios».

Los salarios son insuficientes, algo que confirma Gottas que relata que gana 25 mil pesos, sin aportes ni vacaciones, y además debe estar trabajando 40 horas semanales. Por eso, afirma que «yo no me voy a quedar haciendo ciencia en el país, estoy evaluando dónde me conviene trabajar». También enumeró problemas con los que debe lidiar, además del magro salario, como falta de insumos (que son importados) o la carencia de un laboratorio propio, lo que lleva a que las tareas se hagan en plazos mayores a los previstos.

Lejos de cumplir las promesas de campaña, Cambiemos ha realizado un fuerte ajuste en la ciencia y los números son elocuentes: se pasó del 1,53% del presupuesto total en el 2016, al 1,4% en 2017 y al 1,22% en 2018, el menor porcentaje desde el 2001. Según el Presupuesto 2019, este valor bajó al 1,11% del gasto total, lo que sería la menor proporción desde 1993, el primer año con datos oficiales comparables. Antes la ciencia contaba con un ministerio, hoy posee una secretaría.

Por otro lado, los resultados de la convocatoria 2018 de ingreso al CONICET reflejan lo que pasa: de 2500 candidatos, sólo ingresaron 450. Es decir que, producto del ajuste y los recortes al sector, cerca de 2050 doctores (grado y posgrado, formados en universidades nacionales por más de 12 años) quedaron excluidos.

El investigador del organismo y ex decano de la facultad de Ciencias Exactas Jorge Aliaga aseveró acerca de este panorama: «Lo que queda claro es que para ellos hay que cumplir con el Fondo y tener un déficit primario cero. Una vez que se cumpla eso, lo demás vendrá por añadidura. Para nosotros, esto no puede ser así. Barañao lo dijo en una entrevista, en los 90 el ajuste era para la ciencia y hoy es para todos. Es un plan específico de recorte».

«Cuando uno accede a una posición de investigador, presenta propuestas de investigaciones que deben ser aprobadas. Y hoy el financiamiento está demorado, y lo presupuestado en un momento hoy no vale lo mismo. Marina Seminian estaría en condiciones de tener un trabajo de primer nivel en cualquier lugar del mundo y no ganaría 800 dólares pero está acá», añadió el profesional.