Balance laboral del Gobierno: destrucción de más de 200 mil empleos formales y récord de precarización

El Instituto Interdisciplinario de Economía Política de la Universidad de Buenos Aires (UBA), dependiente de la Facultad de Ciencias Económicas, confirmó que desde la asunción de Javier Milei se destruyeron casi 200 mil puestos de trabajo formal, mientras que aumentaron significativamente los trabajos precarizados e informales. Las premisas establecidas en la Ley Bases y otras iniciativas del oficialismo, que afirmaban buscar un blanqueo laboral (incluyendo a beneficiarios de planes sociales para los que se proponía un “puente” al trabajo formalizado), no sólo no resultaron efectivas sino que más bien actuaron para facilitar la precariedad laboral y eximir de sanciones a los empleadores que evaden la formalización.

La gestión de La Libertad Avanza provocó una reducción de casi 178.000 empleos en el sector asalariado (161.000 entre trabajadores formalizados y 17.000 entre aquellos que no aportaban al sistema jubilatorio). En paralelo, crece la informalidad. Según los últimos datos de la Encuesta Permanente de Hogares del Indec (EPH) en 31 grandes aglomerados urbanos, estaban registrados menos de dos tercios de los trabajadores (62,1%) y 37,9% no hacía aportes para el sistema jubilatorio o recibía descuentos para una cobertura social. El estudio correspondiente al último trimestre de 2024, confirmaba que el universo de la informalidad laboral en el país ya alcanzaba a 8 millones de personas, un nivel récord desde el inicio del ciclo estadístico en 1991.

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El documento “Panorama del empleo asalariado formal y de las remuneraciones julio 2025”, del Instituto referido, confirma que pese a un levísimo aumento de 0,1% intermensual en el empleo formal en el mes de abril, aún se está muy lejos de compensar la pérdida de 1,8% registrada desde diciembre de 2023. El décimo registrado en abril implica la creación de 13,7 mil puestos de trabajo formales, con lo cual apenas se alcanza el nivel de diciembre de 2024, cierre de un año caracterizado por una brutal destrucción del empleo. Una cifra similar se registró en mayo, con la incorporación de 15 mil trabajadores formales.

En ese marco, como es habitual, el Gobierno salió a mostrar esa cifra como un logro (claro que absolutamente descontextualizada del fenómeno más global). Un comunicado del Ministerio de Capital Humano, encabezado por Sandra Pettovello, destacó “la incorporación de más de 15 mil trabajadores ocupados, según los registros administrativos que integran el Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA)». La cuestionada ministra añadió que «en junio se observa una mejora en el poder adquisitivo de los salarios promedio, tanto del empleo privado registrado como de los definidos por los principales convenios colectivos de trabajo».

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Pero los propios datos de su cartera muestran que lo que más creció fue el trabajo precario. Desde el inicio de la gestión libertaria se registraron 112 mil monotributistas más y también creció la cantidad de trabajadores autónomos. Aclaramos que el registro como monotributista no prueba en absoluto que esa persona esté trabajando establemente, sino que puede ser un recurso para poder facturar algún trabajo eventual (por supuesto sin ninguno de los beneficios de cobertura y seguridad laboral que brinda un empleo registrado).