Después de la devaluación post electoral, los bienes de consumo masivo registraron aumentos de hasta un 25% en el nivel mayorista, lo que anticipa un inmediato y violento incremento de precios al público para los próximos días.
Las remarcaciones tienen que ver en parte con el aumento de los bienes importados, encarecidos por el aumento del dólar, pero también con el intento de los comportamientos de proteger su rentabilidad en un mercado signado por la incertidumbre.
Si bien la fuerte crisis del consumo hará que el pase a los precios minoristas no sea inmediato ni mantenga esos niveles de aumento, está claro que la inflación de agosto y septiembre será mucho más alta que la del mes de julio, cuando el Gobierno anticipaba una baja tendencial del Índice de Precios al Consumidor, lo que repercutirá en una nueva baja en las ventas en un escenario signado por una importante pérdida de poder adquisitivo de los salarios.
Alberto Guida, presidente de la Cámara de Mayoristas, explicó: “Los precios ya aumentaron el mes pasado un 25 por ciento en promedio. De todas formas, el consumo está estable en los últimos dos meses, aunque por debajo del año pasado. La reducción del IVA amortiguó un poco y la gente se compró todo en agosto para cubrirse ante la devaluación”.
Entre los bienes esenciales que más aumentaron se encuentra la harina, que subió un 30%, mientras que los derivados de la misma fueron remarcados entre un 15 y un 25%. Los aceites registraron subas en torno al 25%, lo mismo que el arroz y la yerba. Para los próximos días se esperan aumentos de la carne vacuna, aviar y porcina.