La crisis económica pegó de lleno en las farmacias, que ante el encarecimiento de los costos fijos y la caída de la demanda no tienen más opciones que bajar las persianas de forma definitiva. De acuerdo a un relevamiento realizado por el Sindicato de Farmacéuticos y Bioquímicos (Safyb), “se cerraron 68 farmacias en 2018 en CABA y el Gran Buenos Aires”.
A su vez el gremio reclamó que el Estado intervenga en la regulación de los medicamentos, cuyos precios subieron de manera exorbitante: “No podemos dejarlo en manos del mercado”, se sostuvo. Según el secretario del sindicato, Marcelo Peretta, «los precios de medicamentos en los últimos tres años llegan al 340 por ciento, contra un 158% de inflación. Están desbocados y es un escándalo». Las remarcaciones en este sector se vuelven más elocuentes cuando la comparación es entre diciembre de 2015 y enero de 2019. Peretta detalló que los analgésicos subieron un 733%; ansiolíticos, 705%; antiácidos, 686%; antihipertensivos, 658%; vitamínicos, 642%; y antibióticos, 406 por ciento.
La consecuencia de esto es que, además de cerrar establecimientos por caída del consumo, «se agravan los problemas de salud, con un aumento de la mortalidad y obviamente un aumento de las consultas, las internaciones», estableció el referente sindical.
Desde el Colegio Oficial de Farmacéuticos y Bioquímicos de la Capital Federal ya advirtieron que «los farmacéuticos hemos manifestado nuestra preocupación, ya que se podría producir la interrupción de tratamientos de enfermedades crónicas por parte de los pacientes, por dificultades de acceso a los medicamentos por razones económicas».
