La Asociación de Trabajadores (ATE), el gremio que conducen en el orden nacional Rodolfo Aguiar y Mercedes Cabezas, continúa ejerciendo un plan de lucha gremial, que durante el mes de marzo viene creciendo de manera exponencial y que cerrará el jueves 27, con un paro nacional con movilización al Ministerio de Desregulación y Transformación del Estado, que encabeza Federico Sturzenegger, signado como máximo responsable en la primera línea de la administración libertaria, como quien lidera la pérdida de fuentes de empleo en todo el país.
En verdad el mes comenzó con las medidas de acción del sector docente en el inicio del año lectivo, y tuvo mucho protagonismo en la conmemoración última del Día de la Mujer, el 8 de marzo, haciendocé visible en el acompañamiento a las marchas de protesta de los jubilados en el Congreso, con mucho protagonismo al enfrentar privatizaciones -como el casos de Yacimientos Carboníferos de Río Turbio- y frente a la profundización del abandono de planes de salud, ejercidos desde el Estado con vaciamientos de hospitales públicos y otros centros de salud. También se activa la movilización por la conmemoración del Día de la Memoria, el lunes 24 de marzo y se decretó paro nacional de actividades en todo el país, que significará una prueba en la capacidad de protagonismos de uno de los sindicatos más castigados por la gestión de Milei
La situación llevó a otras organizaciones sindicales más reacias a tensar los conflictos, como el caso de UPCN, el gremio que encabeza el también secretario adjunto de la CGT, Andrés Rodriguez, a ser parte de estos enfrentamientos a la políticas de ajuste y la reducción de personal estatal que no se detiene y se exhibe como un triunfo de la ¨motosierra¨ y la ¨decapitación¨ que ejerce el gobierno actual.
Incluso con la casi total aprobación de las evaluaciones de idoneidad planteadas para los trabajadores estatales y con las demostraciones que la expulsión de trabajadores estatales está ocasionando problemas institucionales de gobernabilidad extrema, como demuestra la tragedia de Bahía Blanca, el freno indiscriminado a la obra pública, el vaciamiento en áreas de salud, ciencia y educación, cultura, género y derechos humanos, entre otras áreas, son alarmas que ya empiezan a tener un fuerte eco en diferentes sectores de la sociedad, más allá de sus preferencias representación partidaria.
Denuncias de persecución, maltrato y hostigamiento a trabajadores y representantes gremiales, son también moneda corriente en los ámbitos de trabajo, que sufren a diario quienes desempeñan tareas laborales en diferentes ámbitos estatales, con marcada caída del poder adquisitivo y empeoramiento de las condiciones de empleo.