Después de que desde la Asociación de Trabajadores de la Industria Láctea de la República Argentina (Atilra) se firmara un acuerdo con Lácteos Mayol después de varias semanas de conflicto y acampe en la puerta de la planta en la localidad de Gobernador Udaondo, desde Estado de Alerta dialogamos con el doctor Alberto Coronel, abogado apoderado del gremio, para conocer los reclamos del sector, las negociaciones con la empresa y su visión del pacto finalmente alcanzado.
Según Coronel, “se terminaron acordando con la empresa todos aquellos reclamos que estaba haciendo el gremio”, incluyendo planteos respecto de la regularización y blanqueo del personal “en negro”. Al respecto detalló: “Se incluyeron los que trabajan en la planta láctea y que no estaban en la convención colectiva 288 de ATILRA, algunos ya, otros muy próximamente y otros en un tiempo más, y se establecieron plazos para que se complete toda la plantilla y el personal quede regularizado como corresponde”.
También se logró que se atiendan otra serie de reclamos del gremio que tienen que ver no sólo con el encuadramiento “sino con la modalidad de la convención colectiva, forma de liquidación de haberes, feriados, sábados y domingos y demás, cuestiones que son bastante especiales en nuestra convención colectiva”.
Atilra y Lácteos Mayol «firmaron la paz» y hubo acuerdo laboral para los trabajadores
El apoderado gremial destacó la importancia de avanzar hacia acuerdos por medio del diálogo, ya que el conflicto “no es lo deseado” por el sindicato e insistió en que “una vez restablecido el diálogo nosotros procuramos que no quede una mala relación con la empresa, queremos que quede una relación fluida”. En ese sentido, remarcó que a partir de ahora habrá un delegado gremial cuyo rol permitirá que las negociaciones con la empresa en todo lo que tiene que ver con seguridad e higiene pasen a ser cotidianas, permitiendo “una simbiosis en beneficio de todos, no sólo del trabajador y la seguridad sino también de la empresa que claramente no va a tener que enfrentar accidentes y enfermedades profesionales”.
En cuanto a la previa denuncia empresarial contra Atilra por presuntos bloqueos que impedían el funcionamiento de la fábrica, Coronel aclaró que “no hubo bloqueos” y que desde Policía y el Ministerio de Trabajo “nunca constataron que hubiera un bloqueo, nunca se tomó la fábrica, los trabajadores manifestaron afuera de la planta, no rompieron nada, no robaron nada y hubo policías permanentemente”.
En relación con las negociaciones de precios y salarios en curso (con participación del Estado, las empresas y los gremios), el apoderado de los trabajadores de la industria láctea consideró que “en determinadas línea de productos lácteos posiblemente haya un oligopolio ya que no son muchas las empresas que fabrican en cantidad todos los tipos de productos lácteos, realmente puede ser que este cartelizado o no”.
Anticipándose a las objeciones empresarias que enfatizan el peso del salario en los aumentos de precios, aclaró que “la incidencia del costo de la mano de obra en el precio del producto es muy baja”. En ese sentido, aclaró que el impacto del salario, aportes de seguridad social, contingencias y seguros vinculados con la fuerza laboral debe significar no más de 1,60 pesos sobre el costo de $80 por litro que llega a tener la leche.
Por último, Coronel subrayó la importancia de estos datos porque el gremio se encuentra negociando paritarias mientras que “las industrias por supuesto están a su vez presionando sobre el gobierno para que les liberen Precios Máximos y Cuidados y seguramente van a utilizar el argumento de los salarios”. Y concluyó: “Esto ya quedó claro muchas veces, por ejemplo en 2019 cuando los precios se incrementaron un 100% y los salarios habían aumentado apenas un 23%. Es decir, muchas veces ha quedado demostrado que los salarios van por la escalera y los precios por el ascensor”.