Especialistas en salud mental confirmaron que los trabajadores de la salud, que se encuentran en primera línea combatiendo la epidemia de coronavirus, además de la sobrecarga laboral y en muchos casos esquemas de poliempleo con baja de ingresos, se encuentran atravesando situaciones de insomnio, miedo al contagio, falta de descanso, ansiedad e incertidumbre.
Santiago Levin, presidente de la Asociación de Psiquiatras Argentinos (APSA), explicó: “El personal de la salud está pasando un momento estresante, muy exigente. En el país hay hospitales donde se trabaja bien y otros en los que no. Ahora, ya muchos están llegando a adaptarse a la pandemia, pero pasaron dos meses y medio”.
“Hay un descontento muy grande y, a la vez, un alto nivel de angustia, con signos de burnout o desgaste profesional”, detalló Claudia Borensztejn, presidenta de la Asociación Psicoanalítica Argentina (APA), que ofrece una red de contención virtual desde la que ya respondieron a más de 700 consultas en dos meses.
Desde el Equipo Regional de Respuestas frente a Emergencias de la OPS OMS se detectaron altos niveles de cansancio, agotamiento físico-emocional, ansiedad, nerviosismo, cambio súbitos del humor e irritabilidad en los enfermeros. Ocho de cada diez de los trabajadores del sector reaccionaban con ira, enojo y frustración en plena pandemia de gripe.
El servicio de contención y asistencia psicosocial para el personal de salud que funciona en el Hospital de Clínicas, dependiente de la Universidad de Buenos Aires (UBA), confirma “un aumento del estrés agudo por la mayor demanda laboral y el cmbio de protocolos”. “Está, también, la preocupación por no llevar problemas a la casa. Como eso se prolonga, estamos en la transición al estrés crónico, que genera desde problemas personales hasta temor al contagio y provoca depresión y decaimiento. Y muchas personas que asisten a pacientes que mueren por Covid-19 pueden hacer estrés postraumático”, añadió Luis Ignacio Brusco, jefe del Departamento de Psiquiatría y Salud Mental del hospital y de la Facultad de Medicina de la UBA.
Una de las mayores preocupaciones de los profesionales pasa por el temor a que se repitan escenas como las vistas en otros países en el pico de la epidemia, donde el sistema de salud directamente había colapsado. En este sentido Jorge Zirulnick, psiquiatra de planta de la División de Infectología del Fernández, consideró: “Hay un nivel de distrés psicosocial que nunca se había visto, que no causaron la epidemia de VIH ni otras epidemias de los últimos 30 años. Pero eso no está actuando como un disuasor en el personal sanitario para ir a trabajar”.