Alimenticias remarcan y amenazan con pérdidas de empleo si no actualizan precios

Con una inflación mensual de 3,8% en octubre, el aumento en los precios de los alimentos reflejado por el Indec colocó a ese rubro como el segundo peor de la economía -sólo detrás de la indumentaria- y deja a las claras e desafío que representa para el gabinete económico esta batalla que afecta directo a los sectores de mayor pobreza.

En ese sentido, paralelamente a la difusión de la inflación, las principales fábricas alimenticias -nucleadas en la Copal- emitieron un comunicado advirtiendo por desabastecimiento de mercadería en caso de que el Gobierno no libere los precios de los productos que están congelados en el programa de Precios Cuidados.

Los empresarios del rubro alimentación no demoraron en transmitirle al Gobierno que «el sostenimiento de esta política pone en riesgo en lo inmediato el normal abastecimiento de los alimentos y bebidas en nuestro país, así como la continuidad de las empresas y la consecuente pérdida de fuentes de trabajo».

La preocupación no es menor, hablamos de unos 400 mil puestos de trabajo directos, advirtieron los dueños de las principales marcas argentinas que el mismo viernes enviaron nuevas listas de precios a supermercados y mayoristas de aquellos productos habilitados por el Gobierno, sin la aprobación de Comercio Interior.

Esto hizo que en el mismo fin de semana ya hubo incrementos en lácteos (quesos y leche en polvo), de hasta 7%, en yerbas, de hasta 6%, y en polvos para hacer postres, de hasta 11%. Esto llegó con el anticipo que después del fin de semana -o sea a partir de éste lunes- habrá modificaciones en rubros como café, jugo de limón, arroces preparados, sémolas, harina para pizza, premezcla o productos congelados.

En cuestión de precios hay similares precedentes históricos pues la tensión en los precios de los alimentos tiende a acrecentarse hacia fin de año, lo que hace posible que el índice de inflación sea aún mayor en los meses de noviembre y diciembre.

A pedido de los fabricantes de alimentos, que vienen reclamando el descongelamiento gradual en los precios de la comida, el Gobierno sacó del programa de Precios Máximos un conjunto de productos. Se trata de 51 categorías de alimentos y bebidas, además de 43 marcas de vinos.

Entre los productos que salen de las regulaciones figuran: arroz integral, conservas de pescado (no así atún y caballa), aceite de maíz, vegetales congelados, acetos, salsas de soja, premezcla para pizzas, chocolates, café en saquitos y cápsulas, bebidas energizantes, algunas marcas de vinos, cosméticos, espumantes, bebidas blancas, licores y whiskys.

«Se exceptuó de Precios Máximos a un grupo de productos que tienen menor impacto y mayor oferta dentro de la canasta de consumo masivo», argumentó Comercio Interior a través de un comunicado pero «los productos de primera necesidad seguirán alcanzados por los precios máximos», prometieron.

El congelamiento de unos 2300 productos surgió a comienzos de marzo, con la expansión del coronavirus y el aislamiento de la sociedad. Ahora que el propio Gobierno flexibilizó esa postura y gran parte de la sociedad intenta volver a sus actividades, una parte del programa de Precios Máximos comenzó a desarmarse y hubo listas nuevas durante el fin de semana.

La promesa oficial es que Precios Máximos continuará hasta fin de enero de 2021, y que a partir de ahí se engrosará el listado de Precios Cuidados, que por ahora sólo contempla a unos 300 productos.