La provincia de Buenos Aires está en alerta educativa ya que cerraron 50 jardines de infantes por la pandemia y se teme que el número se incremente, debido a que los padres no desean abonar la matrícula del ciclo lectivo 2021. Los problemas de vacantes para el año que viene, si regresan las clases presenciales, es latente.
La cifra de establecimientos que bajaron sus persianas definitivamente surge de la Asociación de Institutos de Enseñanza Privada de la provincia (Aiepba), que también establece que la morosidad subió de forma exponencial. De hecho, se calcula que el cese de pagos se dio entre el 50% y el 70% de los jardines de infantes y entre el 70% y el 100% de los maternales.
«Los padres no quieren pagar por adelantado la matrícula, como se hace siempre, porque no saben si se va a permitir que sus hijos vuelvan a clases desde marzo, lo cual es lógico. Pero el hecho de que no se anoten nos produce una gran incertidumbre a nosotros. ¿Cómo vamos a mantener el jardín abierto con lo endeudados que estamos y sin saber si el año que viene vamos a tener alumnos?», señaló una propietaria de un jardín de infantes, que no descarta abandonar la actividad sino existe un cambio de rumbo.
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En tanto Mercedes Garcés, directora del jardín Acuarela, de Olivos, un emprendimiento que finalizó de manera definitiva sus servicios, señalo que «los efectos más graves de todos estos cierres se van a ver de manera clara el año que viene, cuando el sistema educativo vuelva a la normalidad».
