Fueron las expresiones del presidente de los argentinos al referirse a la suba de precios y no encontrar explicación. «Los sindicatos están en busca de un acuerdo social y han sido muy moderados en sus pretensiones. Quiero que este año el salario real crezca, todos cerraron 5 puntos más que lo que proyectaba el presupuesto como inflación, y evidentemente la inflación se ha acelerado más», reconoció Fernández en C5N. El mandatario lo argumentó frente a aquellos que sostienen que los altos costos laborales justifican los aumentos.
Luego de la gira de Alberto Fernández por Europa para cosechar apoyos en la extensión de plazos en la cancelación de la deuda al FMI, el presidente se encuentra de lleno en su país con el problema local de suba de precios, cuestión que según expresó públicamente “vino decidido a terminar”.
El apoyo de los países de la UE es crucial, ya que la decisión de cerrar un acuerdo o no con el FMI incidirá fuertemente en nuestra economía, pero no depende sólo de la titular del organismo de crédito, Kristalina Georgieva, sino de los representantes de países que lo integran, de ahí la importancia del acompañamiento de esas potencias. El debate sobre el pago al Fondo parece estar más saldado afuera que en su propia tierra. El clima en nuestro país respecto al pago de la deuda en momentos de tanta necesidad social es una cuestión que también deberá resolver Alberto Fernández por éstos días.
Quedó claro que con paliativos como triplicar los montos de la tarjeta Alimentar no alcanzará para mantener la paz social en zonas calientes del Gran Buenos Aires donde las góndolas remarcan diariamente y la tarjeta se esfuma tan rápidamente como se incrementa. Cuestión que generó mucho descontento de los Movimientos Sociales –por la forma de encarar la deuda Social-, quienes claramente reclamaron “trabajo y no planes”, coincidentemente lo mismo que le reclamó en privado el Papa Francisco al presidente en un mano a mano que no alcanzó para mucho más.
Es por eso que Daniel Arroyo, ministro de Desarrollo Social, recogió el guante rápidamente y recibió a los principales referentes de la Economía Popular durante el fin de semana, para encauzar ese pedido que tiene una fuerza inusitada justamente porque entienden ésta crisis como una oportunidad. «Si no es en este momento que se está tocando fondo cuando se reorganice una nueva forma de creación de iniciativas productivas que generen empleo y saquen a la gente de la marginalidad, no ocurrirá en los próximos años», expresaron.
Esa mesa de tres patas: el pago de la deuda, la necesidad del rearmado de una verdadera Economía Popular y el control de precios son los tres desafíos que Fernández tiene que encauzar en una semana difícil donde hay que tomar decisiones sobre nuevas y futuras restricciones y no se alcanzan las mayorías para que sean por ley.
Mientras tanto, explicaciones se buscan a los elevados índices de inflación ya que si no es el costo laboral, ni el aumento de los servicios públicos, ni en gran medida la suba combustibles” expresó el presidente, lo que lo lleva a pensar que “lo que ha pasado es que algunos han querido aprovechar el momento y han ganado lo que no debían ganar», afirmó convencido de que irá por esas regulaciones que todavía no han dado el éxito que se esperaba.